Daniela Zahra cuenta que Marcelo Moreyra, su alma gemela y compañero de banda, conoció hace varios años a una bruja que le curó la culebrilla. De paso, la mujer le preguntó si quería que a su banda, Mujercitas Terror, le fuera bien, tuviera éxito; a lo que Marcelo respondió lacónicamente: “No”. Al recordar la anécdota, ambos ríen animadamente, quizás aliviados de sentir que para el trío que completa el baterista Federico Losa las cosas andan bien sin haber recurrido a pactos con el lado oscuro de la Fuerza: Fiesta muda, exquisito y voluptuoso cóctel de post punk romántico, es el tercer disco de la banda y quizá el mejor de su contundente discografía.

En estos tiempos de confusión política total, este disco (que tiene origen en las 16 Fiestas Mudas que Mujercitas Terror organizó desde 2006) sintetiza un espíritu de resistencia y una estética tan filosa como expansiva, tan oculta como perdurable: con sus canciones más allá del bien y del mal, Fiesta muda pone alegremente el dedo en la llaga y los muestra como una banda tan exquisita musicalmente como incorrecta políticamente, que en Bésame la cicatriz y Bestia le canta a la siempre subestimada crueldad infantil. Marcelo: “Esa historia de Bestia la saqué de un primo que tenía un perro que estaba loco; no te podías acercar de lo malo que era. Mi primo lo torturaba: lo ataba, lo colgaba, le pegaba. Hasta que un día el perro se volvió loco y lo atacó: quedó toda la casa llena de sangre y mi primo escondido con miedo de que lo mate”. Pues bien: “¡Nosotros somos ese perro!”, dice Daniela, y ambos vuelven a reírse animadamente.

Hay algo sanador y catártico en Fiesta muda, en el que Moreyra —uno de los mejores compositores de su generación y un guitarrista sorprendente— canta sobre orgías románticas, caos celestiales, exorcismos, sectas olvidadas y autohipnosis electromagnética. “Está bueno expresar el odio que uno siente, es preferible eso a ser un aburrido. Siempre sentí una gran opresión y eso me llevó a tener problemas, así que siento algunas canciones como una liberación de eso de que te estén juzgando todo el tiempo por ser como sos. Uno trata de hacer algo con lo que tiene y busca estar bien a su manera. Uno tiene que encontrar su ángel guardián”, sincera Moreyra, que con el tiempo ve que el reconocimiento llega desde lugares inesperados: publicado en Argentina por el sello nacional ATMC y en Estados Unidos por el neoyorquino StereoNega, su disco también saldrá en Colombia vía The Burros.

Producido por Andrés L. Cáceres y grabado en ION por Manuel Schaller, Fiesta muda fue mezclado y masterizado por Nicolás Kalwill, y capta la salvaje elegancia del trío en su disco quizá más melódico. Daniela: “Lo de las fiestas salió porque en un momento te cansás de quejarte y de que te traten mal; así que pensamos en buscar algún lugar que nos gustara la onda para que toquen bandas que nos gusten, y también para cada fecha armé unos videos especialmente. Siempre se generó algo mágico”. Marcelo: “Cómo no nos gusta casi ninguna banda, cuando aparecía una que sí, como en su momento los chicos de Gulash, nos daba ganas de armar alguna fiesta”. Por estas fiestas generalmente clandestinas desfilaron bandas como Sensatos, Mueran Humanos, Olfa Meocorde, Liza, Ceresato, Nenet, Cuzco o Yanzón (Los Pillos).

Para la tapa del disco eligieron un flyer que hizo Daniela, que también es ilustradora, para una de las fiestas. “No sé sí la Fiesta Muda tiene que ver con algo silencioso, pero sí con algo invisible, con un arma invisible”, dice Marcelo. “Ahora no estamos tocando tan seguido y eso me vuelve un poco loco, pero tampoco quiero tocar en cualquier lado con un sonido pésimo. Me cuesta un poco relacionarme con las personas pero tengo mis amigos. Siempre tuvimos mucha suerte con eso porque siempre tuvimos amigos muy especiales. A veces cuanto más sólo estás es cuando estás más acompañado”.

* Sábado 19 en M.O.D., Balcarce 563. Desde las 21 con Soldadores y The Carbon Copies. Gratis.