A falta de balotaje, la humilde cantidad de 5 votos sobre un total de ¡117! fue suficiente para que Eruca Sativa se alzara con el “mejor show local” de 2015, en referencia a su debut en el Luna Park del sábado 3/10. El trío cordobés rompió siete meses de mutis –en parte debido al nacimiento de los hijos de sus dos integrantes femeninas– en una movida que combinó casualidad con estrategia para generar uno de los anhelos más deseados del mundo artístico: la expectativa. Agosto, Lörihen, Mariana Bianchini, Parteplaneta y Bigger alinearon sus votos para esta consagración, que dejó el segundo escalón empatado entre Attaque 77 en el Malvinas Argentinas (3 votos), cuando el ahora trío celebró los 25 años de El cielo puede esperar con Ciro Pertusi como invitado, y para Pez con su paso por el Teatro Opera, que con el agregado del voto de Fantasmagoria por su show en la Fiesta Surfer Rosa podría legítimamente reclamar un segundo puesto en solitario.

Es imposible canalizar las ansias de 117 voluntades, aunque el temperamento de esa mayoría sencilla pueda tener en común la política de la tracción a sangre. Procedentes de estilos distintos, siempre bajo la indiscutible órbita del rock, algunos con anclaje más fuerte en los hits y otros en el disco como obra global, los tres grupos hacen del vivo un culto.

Después de experimentar con elementos orquestales en el Opera en 2014, Eruca Sativa es el fenómeno vivo prominente no sólo por ser la banda más nueva, también por haber roto una cadena de expectativas que había copado al rock local, cuando durante años pareció que para tener éxito había que ser cool, porteño/bonaerense y tocar mal. El show del Luna combinó la conocida destreza de sus músicos con una intensa puesta en escena, dando cuenta de una enérgica atención a los detalles que tal vez se vuelva contagiosa.

Tanto Pez como Attaque 77 cierran el círculo de lo artesanal, unos desde una reivindicación de cierta cosmogonía sesentista procesada por los tiempos actuales, y otros desde la ética que renovó la escena punkie argentina con, por ejemplo, el compilado Invasión 88, del que curiosamente podría haber participado Minimal con su banda Descontrol, de no haber rechazado la invitación.