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Tres alegres chicas haciendo surf rock metropolitano.

¿Será por la fruta o por la trompada? La pregunta resuena ante cada aparición de Las Piñas. Ni una ni otra: las dos. “No te comas los surfistas, tiburón”, escupen en Tiburón, su primer gran tema, su mascarón de proa cubierto de arena, olas y diversión. Oriundo de La Plata, este trío de chicas ubica sus melodías en un inconfundible armazón de perfume veraniego.

En la casa de la madre de la guitarrista Sofía Cardich, las jóvenes ofrecen vermut y papas fritas. Es un departamento grande sobre Avenida Belgrano, desde donde se ve el Río de la Plata. Allí funciona su base de operaciones porteña. Sin embargo, en La Plata está su hábitat, aunque reconocen la dificultad de hacerse un hueco: “Nuestros amigos ya no nos van a ver más”, comenta risueña la baterista Antonela Périgo.

La banda está a punto de cumplir un año y tiene subido un EP (El Perro Beach) con cinco canciones. “Intentamos que la propuesta sea media superficial, como el verano”, dice Sofía. A su vez, les copan los compilados y ya grabaron para el criollo Feliz Navidad, no quiero pelear con vos esta noche y lo harán para el español Hits With Tits. Además, fueron publicadas en casete por el sello norteamericano Yippee Ki Yay Records y hasta metieron shows en Uruguay, Paraguay y Brasil.

Las Piñas es de esas bandas que tocan casi todos los fines de semana. Al planteo inicial de un dúo sintieron la necesidad de sumar un bajo. Así se incorporó Celina Ortale, ex miembro de Casiasesino y Los Malos Conocidos. “Lo necesitaba para relajarme”, sigue Sofía. “Las vi tres veces en vivo, les pedí una calcomanía y a los días me dijeron que estaría bueno que me sume”, recuerda Celina.

¿Fruta o trompada? Para el nombre de la banda, las chicas se metieron en un raid insólito: inspirarse en ciudades del Google Maps. No hay ciudad que se llame “Las Piñas” pero ahí andan. “Queríamos un nombre playero y banana”, dispara Antonela. Por estos momentos, tienen un videoclip en el que se las puede ver en acción. Y como curiosidad, será presentado en el festival de cortos de Pehuajó, el Festicine.

En la composición de su banda se concentra el espíritu DIY. Les gusta, les seduce, les cierra. Hacen todo: flyers, redes, concretan sus fechas y hasta diseñarán de forma hogareña la tapa de su primer disco. “Es todo lindo, es un bebé tierno”, resume Sofía. Por caso, sus letras, en su mayoría compuestas por Antonela, hablan de la Costa Este, de Hawaii, de fiestas orgiásticas llenas de pizza. “Dejamos de lado el sentimiento personal”, explica la batera. Y son consecuentes con su proyecto: pasarán el verano en Buenos Aires para terminar su disco. En verano, su disco.