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“Toda esta imaginería para dar con vos” es la frase que abre Mediterráneo, segundo disco de Mañana Mi Coche Explotará. La fantasía manda en esta banda rauchense que pega un link surrealista tras otro, como el de la Ruta 3 inundada históricamente y la foto repetida del viaje de Buenos Aires a Rauch, donde el río Salado se vuelve mar. Alambrados, un molino y el techo de un rancho bajo el agua. “Son canciones de tierra adentro, la resignificación de un montón de cosas: pibes de pueblo viviendo en capital y mirando para Rauch”, dice Bruno Pizzorno, guitarrista y cantante. Fernando Erreca y Pedro Bassagaisteguiy completan el trío de raucheros –el río del pueblo, el Chapaleufú, también tiene su canción– viviendo en Buenos Aires, y se suman Nahuel Toucoulet, Julián Aizpurrúa y Juan Erreca.

Pizzorno es poeta y persigue la inspiración hasta tener la palabra justa que ensamble en el verso. Por eso las letras son narraciones y se acercan a la línea trovadora de Fito Páez. Hay historias de delfines en Miami, del fuego de Prometeo, despedidas a una compañera de trabajo. Y referencias específicas como Escrito sobre una mesa de Montparnasse, de Raul González Tuñón, cuyo nombre tomaron para el track 5. “Aparecen las voces de las poetas recitando el texto de Tuñón y nosotros decimos ‘ella se va por Montparnasse’. También hay cosas porteñas, como Sábado, que la bailaría en Makena o Niceto, pero no la veo en Rauch”, dice Bruno.

En enero de 2011, la banda se gestó precoz, urgente y caótica como amor de verano. En una casona de Flores ensayaron sin parar y tocaron algunas veces puertas adentro hasta fortalecerse y salir a los bares. “Me mamé el 24 de diciembre y me desperté el 10 de marzo, borracho pero con diez canciones”, dice Bruno. Esos temas fueron parte de Vacaciones, el debut. Después de ese verano, MMCE empezó a buscar la síntesis de su nombre a las siglas. O reducirlo a Mañana Mi Coche.

“En marzo de 2011 tocamos por primera vez. Metíamos covers de El Mató, Valentín y los Volcanes, normA, uno de The Cure”, cuenta. Si bien todos los caminos convergieron en La Plata, buscaron distanciarse del estigma musical allí emergido. “Era una etiqueta que nos gustaba y que también nos quisimos sacar rápidamente, esa cosa de ‘indie’”, dice el cantante. Por lo mismo, en Mediterráneo profundizan el trabajo de las canciones y la poesía, explotando las imágenes folclóricas del pueblo, ese aire campestre de silencios largos intermitentes con la electricidad rutera de antenas y cables, camino a Rauch.

* Viernes 25 en Barraca Club, Belgrano 750, Rauch. Desde las 21 con Pérez.