Chico Forever
Según cuenta Chico Forever, mucho antes de que su nombre quedase estampado en la tapa de su disco debut –un EP con cinco temas y un cover escondido, en realidad– pensó en cambiárselo. “Era un apodo que arrastraba desde el secundario, cuando con mis amigos jugábamos a ponernos nombres ‘artísticos’. Pero cuando fui creciendo, mi analista me preguntaba: ‘¿Hasta cuando vas a ser Chico?’”, cuenta Félix Vallejos, el joven compositor y cantante detrás del acertado seudónimo, alrededor del cual se reúne un repertorio de temas semi-acústicos en permanente adolescencia.
Nacido y criado hasta los quince años muy cerca del Parque Rivadavia, Félix supo estar musicalmente al día acompañando el devenir estilístico de su hermano Juan, tres años mayor que él. “Pero no es que me enganché en la música por él sino que nos copamos juntos”, se preocupa por aclarar. Un comienzo skater y el bajo en un primer grupo ska-punk dio paso a una deriva estilística que recaló luego en el hip-hop y más tarde visitó el funk, siempre sin alejarse demasiado de Caballito. Como aquellos cantautores de raíces punk que tienen un oído para las melodías low-fi, Chico Forever terminó cantando sus canciones acompañado sólo por su guitarra, y así fue como grabó su primer trabajo. “La idea que tuvimos fue que sonase bien crudo, como si estuviese tocando la guitarra en el cuarto de quien esté escuchando el disco”, cuenta.
Debutando sobre los escenarios en el 2000, compartiendo escenario junto a Mil Grullas, la banda de su hermano, Chico Forever pareció realmente tomar forma el año pasado, con la grabación de este primer EP. Fue producido por manuloop –sí, así con minúscula–, el cellista del proyecto “Música de Salón” junto a Pablo Dacal, que aparece como invitado en el disco, junto a Pablo Font (de Grand Prix). Pasando casi directamente de la guitarreada en el cuarto al disco para llevarse y escuchar en casa, las canciones de Félix son delicadas y atemporales, en especial la bella “Sucia mariposa”, con la que abre un disco que se cierra apropiadamente con una versión de “Femme Fatale”, la canción de Velvet Underground. Aunque siempre debe tenerse en cuenta que Chico Forever es más terciopelo que subterráneo.
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Marcelo Fabián
Un músico electrónico con nombre de cantor de tangos o... crooner. Un broma sencilla que es el punto de partida para acercarse a un artista llamado Marcelo Fabián, bautismo nacido naturalmente al dejar de lado el apellido que figura en su documento, luego de hacer lo propio con el grupo que formó y acompañó durante gran parte de la década del ‘90. Con la aparición de Electro Doméstico y Crema Americana, dos discos autoeditados simultáneamente en los que compila el trabajo de un año en su PC, este ex guitarrista y vocalista del disuelto trío Simio hace su definitiva aparición dentro de una escena porteña que no lo tiene precisamente como uno de sus animadores. “Aún estoy descubriendo de a poco a Marcelo Fabián, y hay cosas que aún no tengo del todo resueltas, como la cuestión escénica”, confiesa Marcelo Chaves, que se ha presentado poco y nada en vivo como su alter ego. “La otra vez me invitaron a tocar en Código País y mandé un doble calificado, mi hermanastro. Como es DJ, hizo una pasada con mis temas, pero acelerándoles los tiempos para engancharlos a tiempo, algo que para mí sería imposible, casi una aberración.”
Presentados con un arte de tapa delicado pero bien casero, medalla de oro del bricolage, cada uno de los discos de Marcelo Fabián responde a un concepto diferente. “Electro Doméstico es un disco de música de software, más frío pero también más fino y elaborado; mientras que Crema Americana es el más samplerístico y hasta chistoso, con mucho vinilo de Sandro, bongó y miles de cosas más”, explica Marcelo, cuyos flamantes álbumes en realidad no hacen más que compilar y ordenar el medio centenar de temas que fueron pasando a integrar sucesivamente el auténtico debut discográfico de Marcelo Fabián, un disco mutante llamado Sentimientos. “Cada uno de los ciento cuarenta ejemplares que compilé fueron discos-obra-única-copia-numerada”, precisa el autor, que considera a Crema Americana y Electro Doméstico como los primeros discos del mudo crooner electrónico. Eso que nació cuando se separó de su grupo de siempre (Simio), se compró su primera computadora y su padre le dejó una extensa colección de vinilos antes de irse a vivir a Córdoba. “Es un proyecto ligado a la cultura digital barata de software pirateado”, precisa Chaves, autor de un par de discos que funcionan como banda de sonido cool de tiempos también baratos.
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