Jueves, 5 de mayo de 2016 | Hoy
EL NEGRO DEL WHATSAPP
Quién es, de dónde viene y qué estaba por hacer el dotadísimo icono pop.
Una rubia en la parada de un colectivo, un auto hundido en un diluvio, un niño encanulado en una camilla o un bebé recién nacido junto a su madre. El engaño no tiene límites a la hora de disimularse, aunque acaba del mismo modo: con un morocho extendido en toda su virtud a lo largo de la pantalla del celular. No existe en el mundo un usuario de WhatsApp que no lo haya visto.
“Ya no miro el móvil, le he cogido fobia: tengo más fotos suyas que de mi novia”, canta el grupo Hyperfanes en El negro del Whatsapp. Casi no hace falta explicar quién es. Aunque, en verdad, nadie conozca más de él que lo que se conoce: una pija de alrededor de medio metro, que hasta ameritó la opinión de diversos entendidos en ciencias para dilucidar si tal proporción es humanamente posible. Todo el mundo habla de él sin saber su nombre y hasta hay foros enteros dedicados a investigar quién es. Cómo se llama, de donde viene, qué estaba haciendo cuando fue fotografiado. O lo más interesante: qué estaba por hacer. “Tiene pinta de africano... y también de escandinavo”, hipotetiza otra canción divulgada sin origen atribuido. Quién sabe.
La divulgación se dinamizó con El Moreno del Whatsapp, una aplicación para hacer memes con la consabida imagen. En un momento apareció una publicidad de Levi’s que usaba la foto del morocho, pero al revés: en vez de dejar al descubierto su gracia, la tapaba con un jean y la frase “Le hicimos un favor a la comunidad”. Era falso, claro. Es que nadie está a salvo de la trolleada: fue encontrado en urnas, hicieron un stencil para semáforos de peatones con el recorte de perfil del muchacho y hasta interrumpió discursos presidenciales transmitidos por TV. Incluso, un video muestra cómo es capturado por la Guardia Civil, para tranquilidad de los más perturbados.
Como si todo eso hubiese sido poco, el diario ABC de España publicó tiempo atrás “La triste entrevista al ‘verdadero’ Negro del Whatsapp”. Se trataba de un delirio de Catal Ufo, un youtuber que interrogó a un morocho sentado en una silla con un sombrero y una toalla verde al cuello. “No sé ni cómo empezó todo, yo tenía una vida muy normal, con mis amigos, el trabajo, la rutina”, dice el tipo, que se presenta como un senegalés que vive en Barcelona. Son tres minutos de chistes obvios y lugares comunes, aunque con un remate inapelablemente cierto: “Fue todo un sueño del que ahora debo despertar. Cuesta mucho bajar de la cima, pero ya no puedo mantener esto: otros memes empezaron a sustituirme”.
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