El 5 de abril de 1992, el futbolista uruguayo José Perdomo, de Gimnasia y Esgrima de La Plata, hizo el Gol del Terremoto: las vibraciones provocadas por el festejo de su gol a Estudiantes en el clásico platense fueron registradas por el departamento de Sismología e Información Metereológica del Observatorio Astronómico platense, y 24 años después aún se hacen eco en la estética sísmica de las ilustraciones de Santi Casiasesino, que apenas levanta la vista de sus dibujos para explicar que aquello “fue como si se hubiera producido un movimiento telúrico de sexto grado”.

En las ilustraciones del librito artesanal que lleva su nombre hay algún pedazo de tierra convertido en rancho flotante, un Gauchito Gil parecido a Facundo Quiroga, seres que mutan en camalotes y demás cataclismos emocionales o tectónicos. Casiasesino es otro ejemplo de la conexión que existe entre las artes gráficas y la música independiente platense, así como también de la pasión tripera: fue protagonista junto a su banda Los Malos Conocidos del capítulo 10 de la serie Tándem tripero con la canción La tormenta: “Fue uno de los momentos más altos de mi vida: vinieron Marcos de los Santos (Gato Manija) y los muchachos, que cortaron la calle e hicieron unos choripanes. Lo hicimos en La Favela, un barrio medio picante. El Lobo es único: en cada cumpleaños del club van todos a donar sangre”, comenta, y lamenta no poder donar por sus tatuajes.

Santi prepara un nuevo libro junto a sus amigos de Guacho y al dibujante Valentino Tettamanti: “Acá siempre hay mucho intercambio entre todos, mucho trueque y colaboraciones espontáneas; ahora le hice la tapa del disco a Los Accidentes (el grupo paralelo de Chatrán, de El Mató”, comenta el ex integrante de Elysees y Las Culebras, que sigue tocando sus bluseras canciones con Los Malos Conocidos.

Como sus colegas consultados en la nota publicada en página 2 de este mismo suplemento, Casiasesino se frustra pensando en el injusto (y sintomático) cierre de Pura Vida: “Es increíble, con el maltrato que hubo siempre en los boliches hacia las bandas, con qué saña se lo persiguió a Diego Cabanas. Hasta que no apareció Pura Vida en los 2000, acá ninguna banda ganaba un peso”.

Igual, para este artista la guita nunca fue un impedimento. “Yo produzco desde el dolor, creo que hay que cambiar: necesito contradicciones porque si no todo es un embole”, dice y arenga sobre la inminente inauguración de su Glub Club: “Vamos a arrancar con Berreta tu etiqueta, una exposición de la colección de etiquetas truchas de Joaquín Fernández Sancha, hay de Mad Max Lima Limón o Reggae Cola, que es lo que tomábamos los que no podíamos comprar una Coca-Cola porque era muy cara. Acá hay muchas movidas que se generan en casas de gente: eso no lo van a poder parar nunca”.