Jueves, 16 de junio de 2016 | Hoy
LA RED SOCIAL DE DENY
Según su screamer y su batero, serse fiel y fidelizar clicks parece ser el plan del clan post-hardcore que despide el disco que los sacó al mundo.
Por Mario Yannoulas
Deny apareció en este mundo cuando nacían las primeras versiones de Facebook en español, y Twitter vivía hacía apenas un año. Todavía faltaban tres para que aparecieran Instagram y Snapchat. Hoy es difícil pensar al grupo de post-hardcore por fuera de la interacción en las redes sociales virtuales. “Hablando todos los días con la gente establecimos un vínculo”, confirma el screamer Nazareno Gómez Antolini, la voz podrida entre las tres gargantas del ahora quinteto, y estudiante de marketing digital, mientras postea en Instagram la actividad del momento.
“Arrancamos con Fotolog, MySpace, PureVolume, y hoy las redes sociales son parte de la personalidad de la banda. Cuando Deny escribe algo en Facebook, la gente sabe que no es un robotito”, sigue. Otro estudiante de marketing, el baterista Agustín Dupuis, se suma: “Hoy la música es marketing. Cuando formás una banda independiente sin un sello que la apoye, sin la radio ni la tele, tenés que ver cómo llegar a la mayor cantidad de gente con el menor presupuesto”.
El anclaje de Deny coquetea siempre con el guiño generacional –el promedio de edad del público es de 16–, también por el formato de la música que, según sus integrantes, se amoldó a nuevos criterios con la apertura de Invencible, el disco que despedirán el 18/6 en Vorterix, y que los llevó a su primera gira latinoamericana, con destinos como Panamá, México, Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Paraguay.
Ese salto implicó un interrogante sobre sus vidas. “El primer disco lo hicimos con 17 años, era momento de decidir: ¿sigo haciendo las cosas a medias tintas o me quiero dedicar a la música? Con Invencible definimos dejar todo a la mierda: laburos, profesiones, parejas. Creo que nos está llevando a buen puerto”, se juega el screamer. “Hay dos o tres temas tipo balada que puede escuchar cualquiera. Al que le gusta el estilo quizás le parezcan caretas, pero cuando hacés un show de diez canciones pueden ser todas al palo; si tocás treinta, necesitás tener matices”, destaca el baterista.
La escena del post-hardcore argento vibra por la profesionalización de la puesta y el sonido, tal vez con Carajo como primer referente grande. No se trata de conseguir un flaco que sepa gritar y otro que cante melódico ni de actuar como los músicos de Alexisonfire. También hay que tocar y sonar como ellos: “La gente ya no come mierda –cruza Gómez Antolini–. Si pagó, aunque sean 20 pesos, no quiere algo así nomás. A medida que nuestro circuito crece, la vara está más alta. Antes era más fácil vender humo, una banda decía que había tocado en el Luna Park y se la seguía, por inercia. Ahora son más pretenciosos: quieren saber cómo sos, qué opinás. Muchos te quieren poner en un pedestal para poder bajarte”.
* Sábado 18/6 en Teatro Vorterix, Federico Lacroze 3455. A las 19.
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