Jueves, 23 de junio de 2016 | Hoy
SIEMPRE FUIMOS COMPAñERO ASMA
Además de su fundamental trabajo en Radio Nacional y sus toques con El Siempreterno y Bandera de Niebla, la obra de Hernán Espejo broncodilata con fuerza y calma propias.
“Parsimonia, calma y lentitud”, propone (o invoca) Compañero Asma en el inicio de Templado, su excelente quinto disco, alejándose a millones de años luz de los clichés del rock. El quinto disco de Hernán Espejo bajo ese alias lo confirma como uno de los músicos más originales y sorprendentes de la escena: “Como solista, el capricho es la musa número 1. La idea de Compañero Asma empezó en el ‘93 como una diversión amateur que incluía componer canciones y producirlas de manera casera y autodidacta con un estilo lo más libre posible y sin negociar con otros músicos. No sé si es el mejor, ni hago a los discos competir entre sí, pero éste me gusta mucho”.
Más cancionera que otras producciones de este prolífico y experimental guitarrista, compositor y productor, Templado tal vez sea uno de los mejores discos del año, pero es solo una de sus facetas: acaba de reemplazar a su amigo Ariel Minimal en El Siempreterno (con Sergio Rotman, Fernando Ricciardi, Mimi Maura y Ruso Sánchez) y también toca en Bandera de Niebla, una banda de sonido más pesado y cercano al hardcore donde canta Adrián Outeda (No Demuestra Interés, Satan Dealers) y toca la base rítmica de Compañero Asma, Ignacio Brizuela en batería y Martín Méndez en bajo.
“Más o menos fuerte, melódico, rápido o lento a mí me da igual: es agarrar la guitarra y tocar rock”, dice Espejo, y acepta que después de más de dos décadas de fantasmear por el lado salvaje, ahora prefiere la psicodelia orgánica de su música, sin contraindicaciones. Empatar una derrota es una canción personal sobre la marihuana, en la que habla de “fumigar” neuronas: “Obviamente apoyo la no penalización del fumador ni la del cultivador personal, pero a mí me costó una eternidad zafar de la necesidad de fumar todo el tiempo, y no extraño para nada todos los demonios que se me disparaban. Me dediqué muchos años con ahínco a los experimentos psicoactivos. La imagen de la fumigación es clara: es sobre forzar glándulas y la melancolía y depresión subsiguientes. Ahora prefiero hacer yoga dos veces por semana”.
Hernán Espejo trabaja como musicalizador en Radio Nacional, donde lleva seleccionadas más de 4000 canciones en los últimos cuatro años: “A esta altura ya estoy medio obsesionado: escucho todos los discos que me llegan. Te podría nombrar a Argentina, Quemacoches, Violentango, Aggrotones, Los Bluyines, Ayelén Secches, Mauro Prandini y Yataians, pero hay muchísimos más. Hay algo político, pero también gremial, en la idea de mostrar todo el trabajo que hay detrás de cada disco. Hace unos días leí una frase muy linda en el libro de Marcelo Moura sobre Virus: ‘Persevera y perseverarás’. Buena técnica para seguir adelante sin suponer ‘éxito’ y aceptación: no ponerse en lugar de víctima cuando las cosas no se dan”.
Entre menciones a sus dos hijos, al Santo Grial, a la marca escalonada o personal, acordes jazzeros y aviones a radiocomando hechos en Japón, en Templado el Compañero Asma parece haber aprendido a respirar profundamente, y ahora hasta fantasea con matar a su seudónimo: “Me costó 45 años aprender a quererme como hacedor de canciones, creo que seguir grabando y tocando me ayuda a alejarme de todo el resentimiento del ambiente. Trato de ser fan y músico a la vez”.
* Viernes 22 de julio en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 20.
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