SUDARSHANA, SOBREVIVIENTES “STRAIGHT EDGE”
Desintoxicados
Del pelotón de bandas del Buenos Aires Hardcore (mediados de los ‘90), poco subsiste en este comienzo de década y siglo. ¿Qué queda entonces para un grupo que sostiene en alto la bandera SE?
POR MIGUEL MORA
nNo toman alcohol. No consumen drogas. No comen carne. Sí tocan rock. Sí tienen discos editados. Sí tienen un buen número de seguidores. Sudarshana (o “Sudárshan”, según Ariel, el cantante del grupo) tiene seis años de existencia, llevando en alto la bandera del straight edge, una variante ideologizada del hardcore que tuvo su cuarto de hora en Argentina a principios de los ‘90. En verdad, el straight edge se dio a conocer en Estados Unidos gracias a la banda Minor Threat, con un mensaje bastante claro: no hay necesidad de beber alcohol, fumar o consumir drogas para pasarla bien. La idea se fue expandiendo y el estilo se ganó su espacio. Uno de los distintivos estéticos de los chicos SE era una X tatuada en la mano, símbolo surgido de una circunstancia más bien cotidiana y terrenal: para que los menores de edad que pretendían ver sus bandas favoritas pudieran entrar a los clubes y lugares de shows, debía distinguírselos y de esa manera quedaba claro que no debía vendérseles alcohol.
En Buenos Aires, el straight edge llegó un poco más tarde. La primera banda que se hizo eco de aquél desprendimiento del hardcore fue Confort Supremo, donde Ariel Pavletic era el cantante. El grupo dejó su marca, aunque leve. No llegó a grabar un disco, apenas algunos cassettes fueron distribuidos entre los más fanáticos. Entre ellos se encontraban los que tiempo más tarde formarían Sudarshana. “Recién nos juntamos en el año ‘97 con la idea de formar una banda”, cuenta Javier Casas, guitarrista. “Coincidíamos en que teníamos bastante ideas en común, como el vegetarianismo, el no consumo de drogas, entonces nos dio ganas de armar un grupo con esas ideas al frente.” Casi todos se conocían del Buenos Aires Hardcore, aquella explosión que superó el under a partir de Nekro con Fun People y otras bandas locales.
–¿Qué vino primero, la elección de tener esta forma de vida o formar un grupo de rock?
Ariel: Yo no sabía bien qué era el straight edge y me daba curiosidad. Iba a las disquerías de Belgrano y veía a pibes con la X en la mano y me daba mucha intriga. Yo tomaba alcohol, sin matarme, pero al juntarme con amigos tomábamos unas cervezas. El punto era que queríamos hacer otra cosa con nuestras vidas. Por ese entonces no veías a muchos straight por acá y ahí se nos ocurrió la idea de hacer hardcore straight.
–¿Qué era lo que te seducía?
–Me gustaba que los grupos de ese estilo tenían esa cosa medio mezclada de tipos haciendo música bien dura y gritando, pero a la vez hablando de cosas positivas. Y así empezamos, por el año 1991-92 llegábamos a los recitales y en vez de tomar alcohol tomábamos leche, porque creo que en ese entonces el Ades no existía, y la gente nos miraba. Ese fue el comienzo y en el ‘94 estalló. En Palermo había un lugar que se llamaba el Círculo Aragón que se llenaba de pibes straight, algo así como 400, que para la movida era bastante grosso.
–¿Por qué terminó aquello?
–Es relativo, porque a lo mejor hoy no es tan fácil juntarlos en Capital, pero en la última gira que hicimos nos encontramos con straights en Jujuy...
Javier: En un principio sólo había straights en Capital, Gran Buenos Aires y nada más... Ahora vas a Tucumán, Jujuy, Córdoba y encontrarlos es muy fuerte. Es evidente que se expandió.
Durante su gira argentina, Sudarshana estuvo presentando su última producción independiente, Reviviendo la emoción, un disco de once logradas canciones melódicas, pegadizas, tan delicadas como potentes. En algún pasaje recuerdan al mejor momento de Massacre, pero su identidad emerge por peso propio. El disco anduvo tan bien que fue editado en Brasil, tuvo una reedición local y otro sello se animó a lanzar unas primeras canciones grabadas en 1997 más dos temas del 2001. Por si fuera poco, se presentarontres veces en Chile y ya estuvieron en Rosario, Córdoba, Tucumán, Jujuy, Mendoza, Mar del Plata y Entre Ríos.
Sin embargo, el straight edge carga con el estigma de la intolerancia: el que no comparta sus reglas, está afuera. Pero eso no importa en Sudarshana. “Nosotros no somos excluyentes para nada –se ataja Ariel–, nuestro espíritu es llegar a todo el mundo. Reconozco que antes era diferente. Tal vez un poco más cerrado, pero a medida que va progresando tu música va progresando tu manera de pensar. Es tonto quedarte con la política de ‘Eh, no, el drogadicto no’. El público viene a ver a la banda porque le gusta, fume o no fume, tome o no tome. Sí es cierto que hay una rama del straight llamada Hard Line, que yo y creo que ninguno del resto comparte en absoluto, que es súper violenta. Al final caés en lo mismo que odiás. Sin respetar, con prejuicios.”