DIEGO MARCHIONATTI CALCULó LA ARISTA
Radiohead, Cerati, Aristimuño, el folklore y el cocoliche barilochense: coordenadas de este cantautor y grosso guitarrista.
› Por Sergio Sánchez
La Patagonia tal vez sea la región con tradiciones musicales menos arraigadas. Un amplio territorio regado de viento, frío y silencio parece marco propicio para la experimentación y la libertad creativa. “La otra vez, en un programa de Radio Nacional me preguntaban cómo abordaba el folklore. Yo no hago folklore pero tengo la sensación de que estiro la mano y puedo agarrar cualquier género, aunque un purista de la chacarera me cague a pedos. Me entretiene muchísimo no estar atado a ningún tipo de sugerencia académica, sino nunca aspirás a hacer algo distinto y te encajonás”, entiende el músico Diego Marchionatti, fiel reflejo de su lugar geográfico e histórico: San Carlos de Bariloche.
Al no contar con una tradición fuerte, los músicos patagónicos absorben influencias de todos lados: desde Radiohead hasta la cultura mapuche. “En Bariloche hay un cocoliche de géneros y cosas dando vueltas que no necesariamente son propias de la zona”, cuenta el cantautor, quien vive desde hace unos años en Buenos Aires. Su segundo disco, Arista (2016), en efecto reconoce influencias del rock y la electrónica (hay abundantes sintes y programaciones), y tiene también aires folklóricos. Es un disco de canciones consumadas que parten de un muy buen trabajo guitarrístico. “Es el instrumento con el que me siento más cómodo y libre”, resalta el músico de 31 años.
La voz, dice, viene después. Su registro vocal agudo asemeja por momentos al de su coterráneo Lisandro Aristimuño. “Lo conocí musicalmente cuando trabajaba en una disquería. El primer disco suyo que escuché fue Mundo anfibio (2012), un discazo. Antes pensaba que era un cantautor romántico, porque siempre me lo mencionaban chicas”, recuerda con algo de pudor. “La zona cultural nos une”, enlaza.
Y también algunos autores fundamentales como Gustavo Cerati o Charly García. En su nuevo disco, Marchionatti grabó una versión de Tabú, de Cerati. “Es el primer cover que grabo. Me demandó mucho trabajo hacer el arreglo y quedé muy contento con el resultado”, se alegra. La canción se mimetiza con el sonido general del disco y armoniza con las demás canciones. “Un amigo, después de escuchar el disco, me dijo: ‘Boludo, vos tenés que hacer un tema de Cerati’”, recuerda y se ríe.
* Martes 16/8 en Teatro Nün, Ramírez de Velasco 419. A las 21.
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