Después de que la bandeja patria de Bad Boy Orange consagrara su aforismo dance Bailen putos, Rudie Martínez sacudió a la escena indie con la máxima de El sinte no se mancha. Amén de aunar la cosmogonía maradoniana y las posibilidades del instrumento, la sentencia coincidió con la aparición del nuevo proyecto del músico, luego de que el grupo Maldonado se diluyera. “Yo soy básicamente techno pop y quería volver a ese terreno. Me gusta transgredir desde el sótano”, confiesa el ex Adicta, San Martín Vampire y Víctimas del Baile. Así que luego de dos años de prueba y error, RR Orquesta lanzó en julio su primer álbum, Creer o reventar. “Fue tan bien recibido por la gente que me rodea que fue un acierto tomarme el tiempo.”

RR Orquesta no sólo es el debut en solitario de Rudie en el pop independiente local sino también su despertar como vocalista. “Es un proyecto solista camuflado. No quería armar un grupo pero me gustan los nombres de bandas”, asegura quien destaca entre sus guías, al momento de pegar el volantazo, a Gary Numan. “Si bien la gente confiaba más que yo en que podía cantar, lo hice porque no me quedó otra. Puse un aviso en Facebook con un tema de Yazoo. Decía: ‘Si cantás así, te estoy buscando’. Y no apareció nadie. Al principio me sentí raro pero ahora estoy espléndido”.

Cuando consiguió codificar su lenguaje a su expresión, y afianzar su sonido, este icono del under definió el repertorio. “Crecí con acordes menores y estoy muy orgulloso. Blue Monday de New Order o Don’t You Want Me de Human League son canciones bailables que tratan sobre rupturas y desamores. Mis letras están inspiradas en reírme de mí, de mi pasado, de lo que quise hacer, de lo que logré y lo que no. Soy bastante cínico.”

Creer o reventar se perfila como el inicio de una justa revancha para Rudie. “Las oportunidades las busco, no me las dan”, apunta mientras prepara el nuevo disco de su laboratorio electrónico Audioperú. “RR Orquesta es todo lo que quiero hacer. El mercado y el resto son un eje cartesiano. Tenés que conseguir un montón de cosas para coincidir con la gente, y a veces no están de acuerdo con vos. Pero soy querido y respetado. Trabajé mucho para llegar a este lugar. Hay músicos a los que les toman fotos o les piden autógrafos. A mí me agradecen las canciones que hice. No puedo ser más feliz con eso, por más que no tenga un centavo en el bolsillo.”

Al menos la gloria contiene a un artista que perdió recientemente a dos colegas: Toto, coequiper en Adicta, y Ricky Rúa, cantante de Los Brujos, grupo al que se sumó tras su vuelta. “Soy un poco budista con esto porque creo que no es el fin de nada. Ambas muertes fueron trágicas en mi corazón, pero no afectaron mi música. Si bien Toto no está, fue su decisión. La mía fue estar vivo, armar un grupo nuevo y seguir tocando.”

* Jueves 18/8 en C.C. Rojas, Corrientes 2038. A las 22.