Como un Pac-Man hambriento, la compu fue devorando electrodomésticos (equipos de música y video, televisor, teléfono) hasta convertirse en la principal fuente de atracción, disputa y consulta en los hogares. Cada vez se está más rato sentado frente a ella y el cuerpo se empieza a ir hacia adelante, la espalda se resiente, la cintura cruje, los hombros suben, las piernas se duermen. Siempre aparece algo nuevo para ver, el reloj avanza y cuando al fin se recupera la vertical, los dolores se distribuyen.

Los Juegos Olímpicos dejan historias de esfuerzo y autosuperación y, en ese sentido, tal vez lo mejor sea copiar al atleta keniata Julius Yego, que aprendió a lanzar jabalina en YouTube. “Lo ideal es que los chicos y jóvenes pasen tanto tiempo haciendo deporte como frente a la compu. También es aconsejable que por cada hora sentados, elonguen durante algunos minutos como para compensar el sedentarismo”, dice Miguel Busquet, médico especialista en columna.

Tampoco da lo mismo sentarse de cualquier forma o en cualquier banquito. La silla tiene que tener apoyo lumbar y el respaldo debe ser alto. La sentada va con los muslos apoyados sobre la silla, no cruzados. Las rodillas van a la altura de la pelvis y el apoyabrazo a la del brazo en descanso, doblado.

Otro enemigo juvenil de espalda y cintura es la mochila. Busquet propone tres soluciones: que su peso no supere el 10 por cierto del de quien la porta, usar ambas tiras y distribuir el peso de forma simétrica. “Es importante que la base de la mochila esté a la altura de la columna lumbar. Si está muy baja, hasta la zona de los glúteos, lleva al tronco hacia atrás. Y si va alta, lleva la espalda hacia adelante y aumenta la cifosis (curvatura anormal de la columna)”.

Eso sí, Busquet da tranquilidad a quienes sacan cola para la selfie: “El cuerpo y la columna están preparados para eso y mucho más. Se hace más fuerza por sacar cola en la gimnasia deportiva que en una selfie”, cierra Busquet para preocupación de Simone Biles y alivio popular.