Jue 08.09.2016
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PECES RAROS, LEJOS DEL ROCK, CERCA DEL ROCK

“Este es el momento de las texturas”

El juvenil cuarteto se copó con el trance bailable para redefinir la música joven platense: “A bandas como El Mató les tocó una época de decadencia, la nuestra es más estridente”.

› Por Juan Barberis

“La grabación es como el sexo más fuerte, en donde salís con la espalda rasguñada y decís ‘¿Eso fue bueno o malo?’”, ilustra Lucio Consolo, cantante de Peces Raros, mientras repasa la construcción de Parte de un mal sueño, el segundo disco de su banda. Con producción de Juan Stewart, este nuevo trabajo traduce de manera nítida todo eso que Peces Raros venía mostrando en vivo desde la salida de No gracias, su debut de 2014: una inmersión directa al lenguaje de la música electrónica, donde su esencia de canción de rock retro-anfetamínica ahora aparece procesada a través del magma de la música de texturas y el trance bailable. Como si Sui Generis hubiera sido abducido bajo el poder sintético del dúo Justice. “Nos seguimos alejando del rock”, dice Consolo. “Pero esa siempre fue la tradición del rock, ¿no?”

Peces Raros nació en 2012 entre las aulas de la Facultad de Bellas Artes de La Plata y rápidamente se convirtió en una de las revelaciones de la escena universitaria de esa ciudad. Cruzando influencias del rock argentino de los ‘80 y el rock guitarrero de principios del nuevo milenio, No gracias sonaba a bocado de aire fresco para la generación de músicos post El mató a un policía motorizado, en manos de cuatro sub-23 cargados de hormonas y cierta rebeldía ilustrada. “A nosotros nos interesaba hacer música, pero no sólo música, era una intención de vida”, dice Consolo. “El promedio de las bandas se junta por una afinidad musical, pero en nuestro caso era una afinidad ideológica, conceptual”, suma el baterista Benjamín Riderelli.

Junto con la salida de su disco debut y la repentina partida de su bajista —que les impidió poder presentarlo en vivo—, Peces Raros poco a poco empezó a virar el rumbo hacia la música electrónica, sumando sintetizadores y digitando shows que se estiraban sin cortes, en trances cada vez más climáticos y bailables. “Fuimos entrando en el lenguaje desde lo más superficial, con un bombo en negra, y después nos empezamos a meter en lo más sutil, que pasa por las texturas y por cómo se desarrollan los planos”, grafica el guitarrista y cantante Marco Hugo Viera. “En el siglo XXI, si estás haciendo música actual, de la electrónica no podés escapar”, dice Riderelli. “Según el paradigma musical tradicional, se asocia a las sensaciones con notas y progresiones, pero éste es el momento de las texturas.”

Como una de las bandas más representativas de la última camada musical platense, Peces Raros parece apuntalar una necesidad generacional de movimiento ausente durante la década pasada, más gobernada por el estatismo introspectivo que vibraba esencialmente en el indie rock. “Somos generaciones que crecieron en décadas distintas, es una cuestión más de coyuntura. A bandas como El Mató les tocó vivir una época de mucha decadencia a nivel país y a nosotros nos tocó una época de otra vibra, mucho más estridente, y de un espíritu mucho más carnavalesco”, dice Lucio Consolo. “Cuando las plazas se llenaban en la época de ellos era para pedir morfi y cuando las plazas se llenaban en la nuestra era para festejar, y eso es una gran diferencia. Ahora lamentablemente está volviendo a pasar eso, y tenemos que salir a bancarla.”

* Martes 13/9 en Martes Indiegentes, Niceto Club, Niceto Vega 5510. Desde las 20 con Tototomás y Pérez.

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