Hay directores que se ciñen a lo estipulado por el manual del cineasta. Y otros que filman como se graba un disco independiente. De esta última forma eligió rodar el misionero Augusto González Polo, director y co-guionista junto a Norman Flores de Granada y al paraíso, su segunda película, que toma el nombre de una canción de Bicicletas. “Se fue creando y diseñando a medida que se iba haciendo, sin tener bien en claro al principio cómo iba a ser al final”, cuenta el director, que incluyó en los agradecimientos la influencia de Daniel Johnston y Mark Linkous, y usó a Roberto Arlt como guía. Por eso tampoco desentona la banda de sonido, que contiene a Las Liebres, S.A.L, Antonio Birabent (quien también actúa), además de música original de Federico Wiske, guitarrista de Bicicletas y Pecera.

La película está protagonizada por Diego Gatto, Mora Recalde, Marcela Arza, Facundo Gómez, José Formento, Lucas Merayo, Anahí Ribeiro, Mucio Manchini y Paula Carruega, y transcurre en 2012, año en que comenzó a rodarse, bajo la influencia de la llegada del fin del mundo. Se transmite el nihilismo de los personajes, treintañeros encerrados en sus dramas. Separaciones, soledad, malaria laboral, la mugre y la oscuridad de una ciudad ruidosa que no deja de progresar a fuerza de edificaciones. Y como colofón de la alienación citadina, un constante ruido ambiente de bocinas y el rumor de la calle. “También suenan obras en construcción todo el tiempo. Un sonido molesto. Siempre me resulta chocante que la idea de una construcción en marcha significa que la sociedad está avanzando. Se da por sentado que es un hecho positivo y, viviendo en Buenos Aires, sabemos que no es así, ya que eso implica otro edifico erigiéndose, atentando contra la calidad de vida y el valor patrimonial de la ciudad, donde antes existió una casa”, dice el director, que tiene a ¿Sabés nadar?, de Diego Kaplan, y Silvia Prieto, de Martín Rejtman, como “mejores películas de la vida”.

González Polo vive en Buenos Aires desde hace dieciocho años y, tanto su flamante film, como el anterior, Capital (todo el mundo va a Buenos Aires), tienen como protagonistas a la ciudad. Atrapado por la psicodelia, el director logra captar la belleza de la hora mágica sobre los edificios y la incluye en las imágenes. “Pocas cosas más flasheras que la gran nube de smog sobre Buenos Aires en un atardecer o el reflejo de las luces de los autos sobre el asfalto mojado por la lluvia de noche”, dice.

¿Qué te produce la ciudad, teniendo en cuenta que es tu segundo film con Buenos Aires como protagonista?

–Vivo acá desde 1998 y no he visto más que decadencia en Buenos Aires. Nada ha mejorado, todo está peor. Después del 2001, de Cromañón, de Macri, la ciudad se convirtió en las ruinas de lo que era.

* Jueves 15, viernes 16, sábado 17, domingo 18 y viernes 23/9 a las 19.45 y domingo 25 a las 17:30 en C.C. General San Martín, Sarmiento 1551.