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Hace 15 años, cuando empezaron a tocar, los Poseidótica parecían sintetizar las propuestas de dos bandas ya entonces emblemáticas del rock independiente: por un lado el espíritu progresivo, metalizado y acuático de Pez, y por otro el rock caótico, mántrico y telúrico de Los Natas, confirmado por la presencia en batería de Walter Broide, que grabó con ellos Intramundo en 2005. Ahora, para la celebración de sus 15 años, se darán el lujo de hacer su cuarto show en Niceto Club del año y de ver cómo se hace realidad el sueño de que les vaya cada vez mejor, a todo nivel.

En El dilema del origen, su excelente último disco, Poseidótica aún mantiene algo onírico en su propuesta y un modo de trabajar que le ha ganado el respeto de toda la escena. Martín Rodríguez, bajista del cuarteto, se entusiasma recordando a los invitados con que suelen sorprender en cada show, pero guarda celosamente el secreto de los convidados a este cumple: “Pasaron Edelmiro Molinari, Carca, Adrián Dárgelos, Nekro, Adrián Outeda. Y ya tenemos los invitados sorpresa del próximo show, que justamente son dos abanderados de la independencia”.

En tiempos de simultaneidad y publicidad total de la vida privada, Poseidótica ha ido creciendo sin prisa y sin pausa, como una banda de culto, secreta y valiente para poner sus propias reglas: “Tenemos una idea medio extrema de la autogestión porque hacemos todo nosotros y también vamos sumando gente, como los hermanos Andrés y Mariano Valle en gráficas y visuales. El mensaje es que se pueden hacer las cosas de otra manera: hay mucha dedicación y mucha pasión y todo eso en las fechas se nota”.

Martín reconoce que el regreso de Broide en batería fue clave: “Musicalmente ganamos mucho aplomo en estos últimos cuatro años con la entrada de Walter, pero también la banda creció porque armamos y pensamos mejor los shows. El punto de inflexión fue un momento en el que nos estábamos por ir de gira a Europa y, aunque ya teníamos un par de fechas confirmadas y estábamos re calientes por viajar, Walter nos propuso apostar a seguir produciendo en nuestro suelo y seguir creciendo acá, en vez de viajar y capaz no ganar un mango”.

Dicho y hecho: con una propuesta en teoría menos comercial que muchas otras bandas, el grupo que completan los guitarristas Santiago Rúa y Hernán Miceli seduce a cada vez más almas sensibles con una música explosiva, burbujeante, melódica y rockera: “Somos una banda de rock. Por suerte nuestro público es muy variado: hay un público rockero más ortodoxo, otro más stoner y otro más indie. Nosotros tratamos de no cerrarnos”.

* Viernes 23/9 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. Desde las 21 con Güacho.