Pasaron 15 años desde que el Counter-Strike 1.3 la rompiera en los cybers argentinos e hiciera que un muy preocupado Azul TV prefiriera preguntarse por el juego que enseñaba a los chicos sobre “matar o morir” en lugar de contar la intervención militar de la OTAN en Kosovo. Poco se sospechaba que ese “jueguito diabólico” se convertiría en deporte internacional, y mucho menos que Argentina sería subcampeón mundial. Pero aún con eventos de la magnitud de The World Championships, a la TV le sigue costando incorporarse al tren de los e-sports.

Jordan “n0thing” Gilbert es un millennial que se abrió paso en el mundo escéptico de los deportes electrónicos. Ya participó en 52 torneos de Counter-Strike: Global Offensive y ganó dos millones de pesos en tres años. Sin embargo, cuenta que la gente todavía se sorprende por su profesión y opina que los medios “no están sumergiéndose lo suficiente” para darle visibilidad a la disciplina.

“Muchas personas intentan mostrar al Counter-Strike y no lo hacen de manera correcta, no son fieles a lo que es el e-sport. Lo presentan como un juego simple donde sólo intentamos dispararnos y hay poca coordinación”, comenta el jugador del equipo Cloud9. “Lentamente esto se está arreglando y la manera en que los comentaristas televisivos explican el juego, ayuda mucho.”

La TV argentina despertó este año y entendió la tendencia que la estadounidense ESPN había impuesto hace tiempo. TyC Sports estrenó Player One, especializado en videojuegos y deportes electrónicos, y truTV dejó a cargo de Guillo Leoz (Así se pasa el boss, Rock & Pop) y Sebastián Di Nardo (Xtreme PC, [Irrompibles]) la versión latinoamericana de Eleague, cuya segunda temporada va los viernes a las 23.

¿Por qué transmitir partidas de Counter-Strike? “Es un juego muy intuitivo, el objetivo es muy simple y fácil de entender, y es lo que lo hace adecuado para una audiencia mayor”, sentencia Gilbert desde su perspectiva norteamericana. Si la tele local consigue sintonizar con la nueva apuesta deportiva, los tiempos de demonización gamer habrán quedado sumergidos en la época oscura del dial up.