Imagen=casi todo > El diseño de Los Piojos y La Renga
Puede que esté casi todo dicho sobre la música de La Renga y Los Piojos pero, ¿qué hay de su imagen? Los mastodontes del rock de estadios, por lo general, diseñaron sus discos a la medida de sus místicas: apariencia artesanal, tribal y suburbana (Los Piojos), barroquismo metalero (La Renga). Máquina de sangre y Detonador de sueños, los recientes trabajos de ambos, coinciden, en principio, en la idea de un título que congenia espíritu y mecánica, fuerza orgánica y tracción valvular.
El de Los Piojos es un salto en calidad gráfica. No sólo por los materiales empleados, sino por la manera en que Santiago Alonso y Nicolás Whelan, diseñadores de 24 años, bajaron al objeto el marketing callejero de la banda, incluyendo un pequeño molde para stencil con el logo piojoso rediseñado. “La idea era que el piojo dejara de ser un personaje para convertirse en una marca”, dice Alonso. “Funciona así, como un sello. Queremos que empiece a aparecer en todos lados: la carpeta, el placard.” El stencil, además, se corresponde con el concepto de máquina, de estética industrial que domina el arte del disco. “Como el título era muy fuerte, el arte tenía que ser algo que hiciera ruido. Así que salió esa cosa mitad animal, mitad máquina, que está hecha con partes de instrumentos, amplificadores, tractores. Y el libro de las letras viene a ser el manual de la máquina, que está basado en manuales técnicos de los primeros autos.”
La idea es ofrecer más (y menos, en este caso, no es más), que haya muchos elementos y que se pueda consumir el disco más allá del sonido (el concepto del chocolatín Jack pero en formato Fantoche). Si Los Piojos resolvieron esa oferta de la abundancia estilizándose (y contratando a un par de profesionales), La Renga optó por seguir con “los mismos de siempre” y sumar capas para engordar su Detonador de sueños, lleno de imágenes de mitología jevi, piqueteros y oscurantismo rockambolesco, todo revuelto. Así, la tapa de cartón laqueado en relieve pretende emular vidrio y un botón rojo, rodeado de “acero abulonado, como una bomba”, describe Fito, el ilustrador que junto con Tachi, Semilla Bucciarelli y la diseñadora Marina Pisano confeccionaron el arte. “La idea siempre es de los pibes”, confía Fito, hablando de los maduros músicos. “Nosotros vamos dibujando y ellos son el gran jurado. Esta vez había que transmitir una bomba de sueños. Cuando abrís el sobre, como una cajita de forros, estallan los sueños.”