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EL DICHO

“En la primaria imité a John Travolta y recibí la primera pequeña ovación de mi vida. Era un aplauso totalmente distinto al que se escucha cuando termina una declamación en un acto de escuela. Esto era sin libreto y el aplauso era exclusivamente para mí. Fue muy divertido hacerlo (...) Cuando terminó la escena fue una sensación maravillosa. Decenas de manos aplaudiendo con ganas. Yo las sentí en el alma. Acariciando. Se repitió en quinto año, cuando organicé el acto de la primavera e imité a Mick Jagger gastando a la directora del colegio. Saqué la lengua y me acaricié el culo, ofreciéndoselo, como hacía Jagger en el video de Just Another Night (...) Creo que esos aplausos influyeron en mi decisión de dejar abogacía (estaba en segundo año) y dedicarme al teatro primero y a la música de lleno después.” Textual de Andrés Ciro Martínez, cantante de Los Piojos, a la revista Hecho en Buenos Aires (1,50, comprenlá), en la que también dice que “a veces” lo tienta sacar un disco solista.

EL HECHO

Tras la visita de Fatboy Slim a la Argentina en febrero pasado, el Southfest Buenos Aires fue el segundo gran festival dance del año. Con la lluvia haciendo ya de residente, se trató de una fiesta de debuts: la primera vez de Mylo en el país, la primera de Faithless, la primera en conjunto de Sasha y Digweed y hasta la primera vez que Hernán Cattáneo presentaba su nuevo disco acá: Renaissance: The Masters Series Fabián Dellamónica, Rama y Capri fungieron como la representación local. Mylo dio paso a Hernán Cattáneo. El DJ argentino afincado en Londres obviamente conoce de cadencia latina y supo conducir al público por diversos climas y crear duros reventones. A diferencia de Cattáneo, Sasha y Digweed, y ya había sucedido con el galés en el Luna Park, nunca alcanzaron la temperatura que tanto deseaba la horda ansiosa de borbotones pisteros y su propuesta pasó a ser un decantado progressive. Muy correctos para la noche desatada, perjudicados además por el bajo volumen.