EL DICHO
“Quiero decir algo: ahora que pasaron unos meses de la guerra, quiero decir algo contra la guerra y la intervención de los Estados Unidos en Tucumán. Ellos fabricaron la bomba tucumana... ¡Y no queremos más bombas tucumanas!” Con este monólogo, que recuerda los mejores y más surrealistas comentarios de Luca Prodan, el gran Pity Alvarez se ganó una ovación al comienzo de su impecable show del domingo, al frente de Intoxicados, en la última noche del festival Quilmes Rock. Teñido y revuelto de naranja su pelo rodeado de trapos a manera de vincha, con un gran alfiler de gancho pendiendo de su oreja izquierda, jeans inexplicables y zapatillas ídem, con un gran porro inserto en el pie de su micrófono, el crédito de Piedrabuena dio rienda suelta a su tremendo poder de seducción rocker. Sonaron canciones del flamante No es sólo rock and roll (“Una vela”, por supuesto) y otras según recientes arreglos calamarescos. Hubo fiesta, bengalas y chicas sobre los hombros de los chicos. Eso sí que es sólo rock and roll.

EL HECHO
Barbara Morgenstern y Maximilian Hecker visitaron una tanguería, dieron algunas notas y el viernes a la noche tocaron para mil personas en Niceto, antes de partir a la madrugada. Al mismo tiempo que los jóvenes sensibles de Berlín mostraban lo suyo, los desaforados de Düsseldorf (esto es, Die Toten Hosen) arrasaban con todo en una de las últimas fechas del Quilmes Rock. Campino se animó a cumplir en semejante escenario su rito punkperformático más célebre: atravesar la parte superior del escenario portando una bengala encendida. El público deliró. Después de tocar –el miércoles– en la casa del chico que ganó un concurso radial, la azorada madre del afortunado fue a verlos a River y estuvo dando vueltas en el backstage. Los Hosen, que vinieron acompañados de ¡100 alemanes!, fueron a ver a Boca el domingo. Parte de la tripulación quedó varada una semana más en Buenos Aires porque la mujer de uno de los asistentes fue víctima de una agresión: un lunático la empujó contra una vidriera en la calle Florida y sufrió algunas heridas cortantes. Eso empañó levemente la feliz semana de los germanos en su segunda patria. Auf wiedersehen!