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Jueves, 9 de octubre de 2003

CONVIVIR CON VIRUS

Convivir con Virus

 Por Marta Dillon

Por alguna razón que desconozco, el vih sida ha vuelto a la TV de maneras raras, muy raras. En el último tiempo -digamos de un mes a esta parte–, desprevenidos televidentes se toparon con un compungido Guillermo Andino tomando de la mano a un niño desdichado de rostro pixelado –para que no se le vea la cara– con una curiosa leyenda sobreimpresa: "le quedan 30 días de vida". Vaya premonición. Sí, es cierto que interrumpir el tratamiento puede hacer que el virus genere resistencia a las drogas que detienen su reproducción, pero eso no quiere decir que alguien va a morir días después. Mejor sería buscar otro recurso para que IOMA, la obra social de los empleados estatales de la pcia. de Buenos Aires, cumpla con su deber y entregue los medicamentos, que el niño, si no, va a morir de un susto. También hace relativamente poco el tema se coló en la ficción de “Hospital Público”, justo en el último capítulo, sembrando confusión. Resulta que a la guardia llega una chica que había intentado suicidarse, atormentada por la culpa de haber “contagiado” a su novio. El –quien ya había aparecido en la ficción víctima de un accidente– está muy enojado con ella, va al hospital a preguntar cómo está la chica, pero se niega a verla y allí conversa con un médico (Pablo Rago). “Ahora entiendo por qué ella estaba tan obsesionada con cuidarse –dice el motoquero–, pero algo salió mal.” Digo yo: ¿no será un poco críptico el mensaje? ¿Quiere decir que las únicas personas obsesionadas con el forro somos quienes vivimos con vih? Esa sería una buena razón para explicarse por qué tanta gente se infecta año a año: exigir el uso de preservativo parece una buena causa para la sospecha. Y encima eso de que “algo salió mal”. ¿Qué salió mal? ¿Qué necesidad de sembrar dudas? ¿Será que, como la obsesión era de ella, él olvidó usar el forro? ¿Se habrá roto? A mí me resulta sospechoso que, a pesar de esa obsesión, el pibe se haya infectado; la experiencia indica que cuando una/o se cuida no hay nada de qué temer, cualquier médico podría confirmarlo, porque para infectarse no basta con un forro roto, en realidad es necesario insistir con la falta de cuidado. En fin, para terminar, el programa de Mariano Grondona: como en California creció el número de contagios, pronto pasará lo mismo en la Argentina. Dato falso: aquí el número de contagios nunca dejó de crecer. Podrían pensarse muchas cosas sobre California, entre ellas ese discurso moralizador que llamó sobre todo a la comunidad gay a formar parejas estables y abandonar los saunas . Y no, la experiencia indica que la única manera es mantenerse alerta y alerta quiere decir, queridos amigos, usar forro. Todo lo demás es pura fantasía.

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