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PAULA K, LEJOS DE LOS DEMONIOS
Solista n o n o
Juego de palabras: “Después de haber sido un Demonio, quedé exorcizada...”. Quien habla es Paula Karlsberg, ex guitarrista de DDT y también ex pareja del padre de su hija y líder de DDT, Sharly. Ahora, ella inició nuevo proyecto: “Es una banda que se llama Paula K, todos son tan Paula K como yo; todos ponemos la misma plata y todos ganamos la misma plata, no soy solista. Más o menos como Blondie, que era el seudónimo de Debbie Harry, pero que también era el nombre de la banda. O sea: no soy solista”. Clarísimo. El nuevo proyecto, basado en algunos certeros disparos punk-pop, está ahora en estudios terminando su disco debut. “Los Demonios cayeron por su propio peso y se disolvieron solos”, explica Paula. “Yo me dediqué al rock desde que terminé el secundario, y otra cosa no sé hacer... No soy data entry ni telemarketer. Así que para mí fue una decisión bastante sencilla: armar un nuevo grupo y salir a hacer rock.” Después del armado del nuevo plantel –el Tío Marcelo en bajo, el Chicha Rodrigo en batería, y ocasionales invitados en teclados y voces del grupo Dermicodelia–, Paula K concibió su propio sonido (“punk ochentoso con canciones melódicas”) y se presentó durante todo el 2001 por el circuito porteño. El plan, para este año, es seguir haciéndolo. A propósito, ¿sobrevive en Paula K aquel discurso crítico sobre la vejez de los músicos de rock, patentado por los Demonios? “Los filtros siguen estando, no me gusta la demagogia ni puedo respetar a un tipo como Charly García. Lo que sí cambió es aquella postura de renegar de todo el que no hace el mismo estilo que uno: puedo reconocer cosas buenas en los Stooges, pero también en Estopa. Sin embargo, el músico de rock es un eterno adolescente. Cuando eras chico, salías a tocar borracho. Ahora también, pero aprendiste a pilotearla.” J.A.
MAL MOMENTO INVITO A 2 MINUTOS A SU CUMPLE
El vals punk de los 15
El miércoles 19 de diciembre, previo al incendio general, Mal Momento ensayaba después de pasar cuatro años distanciados. Era, justamente, un Mal Momento. “Loco, no pegamos una”, recuerda que pensó Daniel D’Angelo, el baterista. “Justo se nos ocurre la vuelta en medio de este caos”, fue el remate. Pero siguieron. Y el 22 dieron un recital que los sorprendió por la respuesta del público. Es que el pequeño mito urbano Mal Momento creció en su ausencia. Tienen dos discos prácticamente inconseguibles .Mal Momento (1994) y Fin de Fiesta (1995)– y ahora se sienten “un poco más viejos y tranquilos” admite Dani, uno de los cofundadores del grupo junto a Herrman, Ricki De León y Gabi Otero. Ahora llegó la hora de festejar sus quince años, y para compartir la fiestita invitaron a 2 Minutos. “Cuando nos comentaron que iban a festejar los 15 años, ni lo dudamos. Yo soy fan de ellos y los conozco hace bocha. Va a ser una superfiesta. Prácticamente nacimos juntos y es un orgullo para mí tocar con una banda de la que soy hincha desde boludito”, interviene Mosca, eufórico por el convite.
Los muchachos prometen un festipunk “como en los viejos tiempos”. “Mata juntarnos ahora, porque es un momento similar al de fines de los ‘80. A veces escucho las letras de Valentín Alsina y digo ‘loco, está pasando lo mismo o peor que en la época de Alfonsín’, aunque es de destacar que por lo menos hoy no te llevan preso por tomar cerveza. En la época de los edictos, recuerdo ir a ver a Conmoción Cerebral, en Corrientes y Riobamba, y caer preso por tomar dos traguitos de cerveza con los pelos parados. Algo inaudito, de bicho raro”, recuerda Mosca. Asiente Dani: “Es cierto, hoy se vive como un revival de los ‘80, cuando los punkies odiábamos a la policía. Creo que ahora es peor, porque el tipo que está en la calle se siente más marginado, con una carga de violencia tremenda.” C.V.
Mal Momento y 2 Minutos tocan mañana en Cemento,
Estados Unidos 1234.
“CAMORRA”, LA COMEDIA MUSICAL MURGUERA
Volver al futuro
Un grupo de mafiosos de arrabal de los años ‘30 tiene una segunda oportunidad de vivir, resucita en el Buenos Aires del 2000 y encuentra que su lugar, ahora, está ocupado por poderosos y funcionarios políticos. Este viaje en el tiempo es el punto de partida de Camorra, un musical en clave de murga dirigido por uno de los tipos que más sabe del género, Alejandro Balbis –director de Falta y Resto, y colaborador de Jaime Roos, Adriana Varela y Bersuit Vergarabat, entre otros–. El guión está a cargo de Leonardo Serignese, responsable de las palabras y los mensajes de un nutrido coro murguero. “La obra trata de unos tipos que aparecen en el país viniendo de otro tiempo y se sorprenden de los cambios. En un punto caen a tierra y se encuentran con una vieja –una parodia de Elena Cruz subtitulada Elena Ruch–. Se produce todo un diálogo cantado entre ambos sobre lo que pasa en el país: los enfrentamientos, las bandas, los políticos... todo con mucho humor. Si bien la murga tradicional tiene mucha crítica política, en este caso también hay mucho de crítica social, de conflictos que existen entre seres humanos rasos”, explica Leonardo.
La obra propone un giro estilístico respecto de murgas clásicas como Falta y Resto o Contrafarsa. Dice Leonardo: “Conservamos de la murga la emisión de la voz, el ensamble coral típico del tipo montevideano. Pero, musicalmente, vamos para otro lado. Detrás de los actores hay una banda que va del jazz al rock y de la milonga al tango, lo cual pinta de otro color el mensaje que queremos dar”. La singular propuesta puede ser vista como un nuevo paso en la búsqueda de una identidad distinta en la murga porteña: los personajes no se visten de carnaval sino como marginales treintentosos y arrabaleros; la música que acompaña no siempre es percusiva y la temática poco tiene que ver con el sufrimiento y/o la sátira. Es un buen punto de partida para otra cosa. CRISTIAN VITALE
Camorra se estrena este sábado en La Trastienda a las 21, y permanecerá en cartel hasta fines de junio.