Ningún artista argentino de reggae había refutado antes el supuesto de que la música jamaiquina es distendida, despreocupada y relajada. Jaqueca No Problem, el orgullo rastafari nativo de Ingeniero Maschwitz, representa como nadie en el país el costado más sufrido y torturado del reggae. Y lo hace tiñendo su obra -hasta la obsesión- con quejas sobre dolores físicos, presuntas enfermedades, síntomas preocupantes e inminentes contagios. Eso los convirtió en el primer grupo mundial de reggae hipocondríaco, según los bautizó la prestigiosa revista Chalamán, que se edita en Jamaica, y cuya edición electrónica puede consultarse en www.chalamagazine.com/foreign-idiots/argentine-hipocond.

Con dos discos independientes editados (Rastafaringitis, de 2003; y Doctor Bob, me duele acá, de 2004), los JNP lograron el status de favoritos del under bonaerense, a pesar de que permanentemente se ven obligados a suspender conciertos y sesiones de grabación “por problemas de salud”. “Es que siempre hay algún miembro de la banda que está enfermo, o que tiene turno con el médico”, reconoce el cantante, Peter Tosh Convulsa.

El supuesto karma hipocondríaco de los JNP ya les ganó detractores, algo típico en la irreconciliable interna que vive el reggae argentino, dividido entre bobmarleyistas y bahianistas. Músicos respetados de la escena, como Ziggy Llote o Juan Alberto Kingston, acusan a la banda de Ingeniero Maschwitz de fingir sus dolencias físicas con un fin claro; el de obtener el permiso judicial para el consumo de marihuana para uso medicinal. Lo que parece insinuarse en la letra del temazo Aspirina verde, que, a puro raggamuffin, dice: “Tengo una úlcera/ en cada signo vital./ Duelen las vísceras,/ arde mi área genital./ Me quebré un brazo,/ tengo esguince de talón/ Me prendo un faso/ y así obtengo mi sanación”.