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Jueves, 25 de agosto de 2005

CUCHá, CUCHá › DISCOS PARA ESCUCHAR, DISCOS PARA QUEMAR, DISCOS PARA SCRATCHAR.

Cuchá, cuchá

 Por Cristian Vitale

Con letras de amor y cierto vuelo (Una peste sin vacuna / que te ataca sin piedad / si es sin vos no quiero cura / no me puedo olvidar), algunas lindas y melodiosas canciones punk-rock (Cosas que no entiendo, Yoni o Mejor olvidar), y el respetuoso cover de los Ramones elegido como frutilla del postre: Bonzo Goes to Bitzbur, Clinch! cumple con los requisitos necesarios para posicionarse como una banda puente entre la tradición argenta del género y un futuro que poco tiene que ver con el no-future. El quinteto de los hermanos Ryske –adoradores también de Foo Fighters y Misfits, a quienes tributaron en el disco precedente– tiene poco que envidiarles a Shaila, Smitten o Cadena Perpetua, las más referenciadas del género en la actualidad. ([email protected])

Sigue la noche, el cuarto disco de la legendaria banda de rock & roll, Dr Rock, cuenta entre sus hallazgos con dos de las últimas intervenciones de Pappo en un estudio de grabación: Sigue la noche y El circo de hoy. En ambos temas, aparece nítido el feeling único del malogrado guitarrista, y marca la diferencia, el touch de distinción. Sin embargo, el resto es parejo: la vasta experiencia under de esta banda tercamente rocanrolera la transformó en impenetrable a otras influencias que no sean los clásicos del género. Ninguna nueva tendencia, cero circo, nada de “estrellitas” y cuatro músicos creciditos (Marcelo Roascio, Héctor Gradín, Skipy Batista y Julio Carbonaro) pelando rock como se debe. Prestar especial atención a Día de perros y La nube azul –con intervención de Miguel Botafogo– e incluirlos ya dentro de la patria stone, pero sin topper ni flequillos. (www.dr-rock.com.ar)

Luzbel, nombre de una banda tucumana que nada tiene que ver con Los Redondos sino con el nombre del carismático director de la orquesta municipal de San Miguel, Luzbel Giaccobe, muerto a fines del 2000 y causa del origen del quinteto. Poco se relacionaría el nombre, si fuera a la inversa, con la propuesta sonora que presentan en su disco debut: Nuevevecesnueve. En un principio, Luzbel era puro ska y reggae, después incorporó una veta más funk y al final, al momento de grabar, giraron hacia un sonido alternatino (si aún cabe el término para definirlo). Igual, hay temas cuya impronta funky no se puede soslayar: Culito fiado o El bondo, por caso. El resto forma parte de un maremagno sonoro que, de todos modos, cierra bien. (www.luzbelweb.com.ar)

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