Negusa Negast (Mundo nuevo)

Once músicos bajo la mano productora de Goy de Karamelo Santo, que no se comen una en mechar pinceladas cuarteteras para transformar Esa chica en un reggae bastante exótico. Tampoco en improvisar ¡una intro floydiana! –con ruiditos psicodélicos y todo– con el fin de neutralizar el muy rítmico Sonríe, o meter un solo de guitarra distorsionada (¡casi rockera!) en un roots hecho y derecho como Canta. Si no alcanza, entonces escuchar los vientos cuasi jazzeros que soplan en Woman, o el piano de Rastamán y el veredicto fluye solo: la irreverencia les gana a las normas a veces rígidas del género. Mundo nuevo –sucesor de Rey de reyes– torna a los platenses en una banda en tren de riesgo. www.negusa.com.ar

Mukunda (Vibración Mukunda)

Con el TTM Pablo Molina en voz y un equipo con suplentes incluidos –16 músicos–, cultiva un reggae ameno, espiritual, muy percusivo y, si bien intenta variantes (los aires de calipso que fluyen de La tierra está en peligro o la polirritmia jamaiquina de Matan animales) no intenta huir de la ortodoxia. Ni siquiera sopesando con el relieve místico-religioso que alcanza el grupo en la onírica South India, donde profundiza en ese sur de parias marginado por sistema de castas. Vibración... es un muestreo casi pedagógico sobre el género. www.mukunda.com.ar

Nil Obstat (Nada se opone)

El reggae según Nil Obstat es hipnótico, prolijo y cristalino. Curten un sonido clásico y hay un gran trabajo de Luis Berta y Pablo Saavedra en vientos. Pero, más allá de la muy buena versión reggae roots de Hasta siempre –Carlos Puebla–, todo termina siendo un celestial cuelgue dub. Los contrastes, eso sí, desaparecen con las letras. A las tres bandas las homologa un mensaje recurrente de paz, amor, naturaleza limpia, fumo, luz y libertad (el neohippismo, que le dicen).www.nilobstat.com.ar