La cercanía del Mundial y su oferta desmesurada de programas especiales, promociones, campañas –y, hay que decirlo, de sub-suplementos mundialistas– se acerca al límite: en los próximos días no será raro ver a las conductoras de Utilísima con la camiseta de la Selección debatiendo si Batistuta era más rico de cara que Tevez; ni al chef japonés Iwao Komiyama, del canal Gourmet, preparando sushi celeste y blanco para los días de partido. Y así como los fans de la primera hora de una banda under miran con mala cara la llegada de nuevos seguidores que sólo conocen el hit que pasan por la radio, ese alud de estímulos mundialistas genera algo parecido en los hinchas de fútbol: bronca, recelo, y la sensación de que el santuario propio es de pronto profanado por paracaidistas de último momento y campañas para viajar a Alemania, llevarte un llavero de Messi o ver un partido junto al arquero de San Lorenzo... ¡y por la tele! Para algunos, acaso fundamentalistas, el enojo llega más lejos. El sitio www.la-redo.com.ar promueve la campaña “Si ves a un hincha de la Selección con un gorro de arlequín, escupilo en la cara”. Es fácil advertir de dónde surge la furia gargajeadora hacia el hincha de gorro de arlequín, al que también podría llamarse “hincha-conductora de Utilísima”: el Mundial dura un mes y se juega cada cuatro años. Durante los otros 47 meses que pasan desde un Mundial al siguiente, hay quienes van a la cancha bajo la lluvia, siguen tenazmente el torneo Apertura, el Clausura, el Nacional B, la Primera B, la Liga española, la Champions League, la UEFA, la Copa Libertadores, la Sudamericana, el Preolímpico, los Juegos Olímpicos, los juveniles, la Copa América, la Eurocopa, el Showball y hasta algún otro inconfesable torneo extranjero... ¡y durante todo ese período –los “tiempos duros”, el under del fútbol– no aparece ni un solo gorro de arlequín de la Selección, ni ningún sushi albiceleste! Marcos, uno de los responsables de La Redo!, mastica su bronca ante el NO: “El arlequín, al que las publicidades muestran como el ‘verdadero hincha’, no representa al hincha tradicional. Es por eso el rechazo de quienes vemos y sentimos el fútbol de una manera diferente a los que cada cuatro años juntan tapitas de gaseosa para tener una remera que diga ‘Vamos Argentina’. Aborrecemos lo que el gorro de arlequín representa en épocas de Mundial, y estamos orgullosos de detestar al boludo que se lo pone”. En tanto, en los sitios de compraventa por Internet, el gorrito arlequín celeste y blanco se cotiza a 3,50 pesos... ¿Ser boludo es barato?