UNA EFERVESCENTE ESCENA MONTEVIDEANA
Los botijas están bien
Detrás de la selección del rock charrúa, formada por grupos como La Vela, Buitres, No Te Va A Gustar, Trotsky Vengarán y Buenos Muchachos, viene asomando una nueva generación liderada por Once Tiros y Bufón (bandas que contaron con la colaboración de Sebastián Teysera).
Una vez asimiladas las enseñanzas de Claudio Taddei (productor del primer disco, Deskarado) y Gustavo Santaolalla, Teysera y Nicolás Lieutier (bajista de La Vela) debutaron en ese rol en Parvadomus, el primer disco de Once Tiros, editado en el 2002. “La verdad es que sufrieron bastante el padrinazgo... Es cierto que suenan parecido, sobre todo cuando empezaron, pero hubo medios que llegaron a decir que yo escribía las canciones”, se enoja Sebastián. Igualmente, los Once Tiros parecen haber salido ilesos. “La Vela es una banda amiga que colaboró con nuestro primer proyecto y a la cual le tenemos un gran cariño. Hemos compartido un montón de experiencias de las que ambos grupos sacamos provecho”, dice Pablo Silvera, al frente de una propuesta que no puede ocultar ni el parecido, ni las influencias musicales, ni la intención de sus letras. Pero lo pasado pisado: en diciembre saldrá a la venta Glamour y violencia (Bizarro Records). Esta vez con la expectativa de que la producción de Fernando Cabrera tuerza el rumbo hacia un estilo con más personalidad.
Teysera, que habla con términos de experto en materia de producción, también colaboró para Nérpola (Koala Records), el primer disco de Bufón, más precisamente en el trabajo de voces con Ossie, el vocalista. “Es un trabajo básicamente psicológico, hay que sacar del músico lo mejor. Después de grabar varias tomas elijo las mejores partes de cada una, eso me permite saber qué parábola tiene, es decir, cómo es el dibujo de su rendimiento”, explica Sebastián, que dice dar lo mejor entre la toma número cinco y la doce, y agrega que ese tipo de variantes dependen básicamente de la personalidad.
Bufón tocó en Buenos Aires en el 2002, como teloneros de La Vela en Cemento, y ahora se preparan para tocar el 26 y 27 de noviembre en el Imaginario Cultural. La propuesta de Bufón suma seguidores en cada show y mantiene una saludable diferencia con la de La Vela, a quienes definen como “grandes amigos que nos han ayudado mucho, y a la vez la banda más importante que haya surgido acá. El tiempo seguramente posicionará al Enano como el mayor compositor de canciones de los últimos años. Están haciendo historia y abriendo puertas para todos los demás”. Algo parecido opina Diego Drexler (hermanito menor de Jorge), responsable junto a Fabián Krut y Diego Bartaburu de Cursi. Con tres discos editados (el tercero fue un elogiado álbum de remixes que enriqueció notablemente su estilo), acaban de darle la bienvenida al reciente Corazón de hotel (Bizarro Records): un puñado de canciones de ruta, donde la incesante experimentación con géneros como el funk, la milonga, el rock, el pop, la chacarera o la bossa nova empieza a traducirse en la madurez de su sonido.
Más lejos aún del rock tradicional y más cerca de una suerte de escena brit montevideana, Astroboy fue uno de los últimos grupos en surgir y de los de más rápido ascenso. Del 2002 a esta parte, Bizarro Records editó el EP Cinco estrellas (cuyo corte Mi reserva fue hit radial el año pasado) y el recién estrenado Automática, primer LP de una banda con un sonido que, aun prescindiendo de la innovación, resulta lo más for export que suena hoy en Montevideo. Tanto que a veces cuesta creer que sea una banda uruguaya.
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