”Todos vamos a cantar la misma canción”, es lo primero que dijeron los Israel Vibrations en su álbum debut de 1977. La canción era la misma que hoy: la lucha por sobrevivir, que incluyó, tanto para Cecil “Skeleton” Spence, Lascelle “Wiss” Bulgin Albert (ambos estarán presentes el sábado) y “Apple Gabriel” Craig, superar (cantando) una enfermedad como la poliomielitis, hecho que explica sus muletas y sus bastones.

Ya en su primer álbum (The Same Song, un clásico del reggae) se percibe que la fe en Jah ha sido esencial en cada disco de los Israel Vibrations (su primer simple fue financiado por la asociación religiosa “Las 12 Tribus de Israel”). Acompañados por glorias jamaiquinas como Augustus Pablo, Sly Sunbar, Robbie Shakespeare y Mike Chung, la excelente producción de Tommy Cowan se encargó de que las voces no se vieran empañadas por tanta estrella y expresaran su dignidad, su heroísmo y su devoción. Así, Skelly, Wiss y Craig pasaron de los centros de rehabilitación a ser la esperanza jamaiquina. Lo que siguió fue digno de aquella obra maestra, razón por la cual las vibraciones de estos israelitas jamaiquinos siguen transmitiendo esos sentimientos “elevados” conocidos como esperanza, compasión y fe.

Desde el notable On the Rock (de 1995, producida por Doctor Dread) hasta su último disco (Fighting Soldiers del 2003), la cadencia de sus canciones siempre ha mantenido su magia atemporal, ajena a la explosión del dancehall y fiel a un sonido roots que supieron revitalizar. De esta forma, la banda ha logrado captar la quintaesencia de ese sincretismo religioso que es el rastafarismo. Hipersensibilizados por el dolor, la enfermedad y la marginación social, las canciones del grupo (que tardó 6 años en grabar su primer disco) hablan de la necedad de ciertas autoridades y de que, en definitiva, todo lo que necesitamos es amor.