Los 22
(M. Scornik, A. Calamaro)
A menos que tuviera una razón/ para cambiar de opinión no hay que tenerla/ puede ser intuición o capricho/ pero para mí seguís sin existir // Una vez que me pediste que trabaje/ y era verdad una buena idea/ pero cómo llegaba a horario cada día/ si tengo un calendario distinto/ Los nombres de los días son los mismos/ solo que los míos tienen hora Medellín/ allí donde cayó un avión que llevaba al Zorzal/ un semáforo se llevó al varón/ Lo vi volviendo de Constitución/ noté que papá escuchaba al chofer/ y lloraron los dos/ De grande entendí que esos ojos mojados/ se hincharon de tristeza/ por esos ojos que se cerraron // Años después, y cambiando de tema/ en el 72 hubo un gran problema/ Fue en el Sur y algunos llegaron a la isla/ pasando a saludar por Chile socialista/ El 22 de agosto en un día donde/ a falta de uno, cumplen años dos gomías/ ¡Salud Martín, Salud Andrés/ brindemos por los muertos de Trelew!/ ¡Brindemos por los muertos de Trelew!// Un patético almirante apareció por la televisión/ explicando que los malos se habían escapado/ y por supuesto nadie le creyó/ Y algún tiempo después, el marinero Hermes Quijada/ se enteró de la muerte de aquel monto/ el Gallego Fernández Palmeiro, combatiente del ERP/ 22 de agosto, era el piloto que los llenó de plomo/ los llenó de plomo y se las tomó/ ¡Por el 22, el loco!/ ¡Por el 22!