Hacer el aguante
Por Javier Calamaro
Por supuesto, yo veo una bandera argentina y me remite a los curas, los milicos, el hijo de puta de Menem y la contra que vino después –¿quién es peor?–. También a los 17 millones de pobres, a los 30.000 desaparecidos, a las torturas a embarazadas y a las picanas a sus fetos. Pero hay que dejar de pensar en eso, porque es una manera de negarnos a nosotros mismos. Los símbolos, como la bandera argentina, son una manera de intentar arreglar las cosas. Los que nos quedamos acá estamos haciendo el aguante, tratando de creer en algo. Pero las intenciones del rock, un movimiento que pelea a su manera desde hace treinta años, no alcanzan; no es una fuerza capaz de arreglar un país. Los sentimientos patrióticos son sólo intenciones.
Veo en la gente cierta conciencia nacional, pero me pregunto por qué no surgió antes de esta crisis social, por ejemplo cuando perdimos la cultura, durante los ‘90; hecho consumado e irreversible. Menem dejó un país de bobos, sin cultura ni identidad nacional. El lavado de cerebro fue un éxito... Ojalá que al menos haya quedado algo.
Nota madre
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