Ranking:
1) Modern Times (Bob Dylan) (11 votos)
2) Love (The Beatles) (5 votos)
3) Cê (Caetano Veloso) (5 votos)

Pasan los años, las décadas, los discos, las modas, y Bob Dylan, el viejo profeta del folk eléctrico, sigue ahí: en el panteón de los músicos sublimes. Modern Times, su disco número 44, es una acabada muestra-mix de talento, tacto, belleza y magia. Tiene de todo. Imposible sustraerse a la plegaria blusera que el Robert Zimmerman de Minnesota eleva a Muddy Waters mediante el inoxidable Rollin’ and Tumblin. Más aún a canciones maravillosas, sosegadas, perfectas como When the Deal Goes Down, The Leavee’s Gonna Break, la jazzeada Spirit on the Water o Beyond the Horizon. Suficiente, hasta acá, para acaparar votos cautivos —Litto Nebbia, León Gieco, Claudia Puyó—, pero si Modern Times cosecha electores “heterodoxos” o de otra generación —Kabusacki, Eli de Los Gardelitos o Manuel Moretti de Estelares—, no es exclusivamente por el perfil retro de aquéllos. Otras gemas de este disco, que completa la festejada trilogía con Love and Theft (2001) y Time Out of Mind (1997), desbordan cualquier sensibilidad. Transforman su música en atemporal. En sonidos capaces de neutralizar vanguardias y tendencias, como si Dylan eclipsara de antemano toda nueva forma de decir.

A este círculo elíptico corresponden Thunder on the Mountain y Someday Baby —link a Jerry Garcia— pero, sobre todo, dos canciones que parecen compuestas como si este hombre, de 65 años, recién estuviese arrancando. Y conservara energía de sobra para llevarse el mundo por delante: Nettie Moore y la apocalíptica Ain’t talkin’. Son, simplemente, exquisitas. Esta segunda trilogía en el universo Dylan hizo tambalear aquella increíble que encerraban Bringing it all Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde en los ‘60. Y el pequeño trofeo que se lleva en esta partecita del mundo no hace más que confirmarlo, cuando sus viejos fans, quien sabe, estén pasando sus últimos días tras las colinas de Woodstock, esperando un nuevo amanecer sólo para escuchar sus intrigantes historias. Plus I: que Love de The Beatles esté entre los preferidos en la encuesta del suple no hace más que darle un cierre coherente al gusto colectivo; después de todo, también fue Dylan quien detonó en John Lennon la inquietud de escribir letras que dijeran algo. Plus II: Que Caetano, también, explica cómo sus canciones trascendieron más allá de idiomas y fronteras.