Modelos
POR SANTIAGO RIAL UNGARO
¿Es Primal Scream “rock para modelos”? Algún crítico malvado tiró la definición y los únicos que lo podrían desmentir son los propios Primal Scream. Aunque se puede plantear una reflexión. Una excusa para repasar su desconcertante trayectoria discográfica. Sonic Flower Groove es de 1987, Bobby Gillespie acababa de dejar su puesto como baterista en Jesus & Mary Chain y con sus amigotes (Andrew Innes, Robert Young y Martin Duffy) debutaron con timidez: pop ingenuo y adolescente (acorde con sus edades), sonido de guitarras de 12 cuerdas que en sus mejores momentos recuerda a The Byrds (una delicia) y en sus peores momentos a The Housemartins (puaj!). Más que rock para modelos éstos son pop caramelos, menos psicóticos que los de los hermanos Reid. Su segundo disco es de transición: los chicos sólo quieren rock, y flashean con sus clichés más burdos. Demasiado torpe para una top model. Con Screamadelica (1990) llegaron a la disco, siguiendo la ruta del Ectasy: son los rockeros del house y hacen rock bolichero. Aunque las chicas deliren, no hay lugar para confundirse. Su trip envejeció bien: psicodélico y jinglero. Con Give out but don’t give up (1992) vuelven a la berretada, demostrando lo que casi todos los grupos, en algún momento, desean: ser los Rolling Stones. Un delirio. Grabado en 1997, Vanishing Point confirmó que se trataba de una banda de rock real, y que han evolucionado sin perder su actitud: se dieron el lujo de tocar con Augustus Pablo y con Jaki Liebezeit (batero de Can) y aprovecharon el ingreso de Mani Mounfield (Stone Roses) para decantar hacia un dub muy personal, que no excluye un homenaje a Motorhead. Si algo se le puede reprochar a Xtrmntr (2000) es su intensidad. La onomatopeya del título sintetiza la propuesta de esta superproducción de rock electrónico. El gran Kevin Shields (¿se acuerdan de My Bloody Valentine?) se suma al proyecto y ya son algo así como La Pesada del Tecno Rock Inglés. Que son un grupo de rock nadie lo duda, así como también es cierto que sus cambios coinciden, más o menos, con algunas modas musicales. Como David Bowie, los Primal Scream no generan las olas, pero son los primeros en subirse a ellas. Y si a veces son arrastrados por el mar, también es cierto que, cada tanto, están en la Cresta de la Ola. En el último disco canta Kate Moss (ah...). Pero a quedarse tranquilos: jamás llamarían a Natalia Oreiro, ni a Nicole Neumann, ni a Julieta Ortega, ni a Pampita. Cuestiones de casting.
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