La convivencia entre los integrantes de una banda de rock tiene demasiados paralelos con la de una pareja: muchas horas compartidas, broncas, poder, toma de decisiones, la sensación de unidad, dinero, responsabilidades... Es una perogrullada decir que las personas cambian con el tiempo y, por lo tanto, también las relaciones. En términos de las bandas, el cantante que se paraba atrás en el escenario no es el mismo que ahora se lo devora a puro carisma; ni el guitarrista que antes metía una melodía por disco es el mismo que ahora compone los principales hits. ¿Qué pasa cuando uno quiere ganar más que el resto, convencido de que ahora la banda es él más otros que lo acompañan? A veces las bandas siguen adelante un rato en esos términos, pero la relación se resquebraja para siempre. Jorge Rossi y Adrián Pérez contaron en el NO que ése fue el caso en Intoxicados, por ejemplo, y se pueden intuir otros similares. Pero también están las famosas “diferencias musicales”, que sí existen. Y el desgaste en la relación, que a veces no puede manejarse bien. O todo eso junto, más la influencia (positiva o negativa) de los managers, del sello discográfico, de la suerte, de los familiares y allegados.

Y entonces la banda se separa, o se va un integrante, o aparecen los discos solistas, o hay un parate por tiempo indefinido. Ahora pasa con grupos de enorme convocatoria e importancia como Los Piojos, Bersuit, Attaque 77 e Intoxicados, y por eso el ruido mediático es mayor. A eso se le suma la sensación de final de época, sin que quede del todo definido quiénes pueden tomar esos lugares en el inconsciente colectivo. ¿Aparecerá pronto una banda con el potencial de llegar a la masividad? ¿Encarnará un probable Andrés Ciro solista el espíritu de Los Piojos como sucede con el Indio Solari tras la separación de los Redondos? ¿Hasta dónde llevará su aventura solista el Pelado Cordera? ¿Cómo será Attaque sin Ciro Pertusi y cuál será el “camino personal” de Ciro sin Attaque? ¿Estará en condiciones Pity de timonear la vuelta de Viejas Locas?

El tiempo transcurrido enseña que probablemente algunas de estas bandas/familias volverán a unirse cuando sus integrantes empiecen a pensar “que lo que hacíamos juntos estaba buenísimo y que al final no nos llevábamos tan mal y que el disco solista no rindió tanto y que extrañamos al público”. Entonces será el tiempo de la reunión, que por lo visto hasta aquí (Soda-Cadillacs) amplifica el impacto. Pero también es posible que los ex no quieran verse jamás y que lo que queda de relación sea a través de poderes para los abogados (¿Redondos?). En cualquier caso, si fue bueno mientras duró, mejor dejar de lado los reproches, especialmente para los que la ven de afuera, aunque tengan cierta cercanía por cariño o identificación. El “sólo te pido que se vuelvan a juntar” será inevitable, pero la vida y la música siguen, no hay por qué querer más al papá o a la mamá; y si es el fin de una época, bueno, habrá que apostar a que sea el comienzo de otra.