Jueves, 14 de enero de 2010 | Hoy
Como toda gran invención, la tapa de London Calling se debe a una serie de equívocos. Paul Simonon se dejó llevar sin darse cuenta de que ese bajo no era el de repuesto (hoy luce astillado en el Salón de la Fama del Rock & Roll en Cleveland). La fotógrafa Pennie Smith no quería que esa imagen, imperfecta técnicamente, esté en la portada. Según el diseñador Ezequiel Black, quien homenajeó la cubierta con el afiche del film Que sea rock, en la imperfección radica el plus. “Contradiciendo a Stefan Sagmeister –decía que lo genial de diseñar para la música es que ésta no tiene imágenes–, Ray Lowry encontró en el diseño de London Calling una en vivo que el tiempo volvió símbolo de la banda. La energía, la desmesura y rebeldía condensadas en una toma. Es desprolijo y vibrante. Una decisión inédita: ilustrar un disco de estudio con la foto de un recital.”
Hoy, la tapa es revisitada por Los Violadores: “Hace años rondaba por mi cabeza, y qué mejor que a los 30 años de London Calling, y qué mejor que Rey o Reina, para mí uno de nuestros mejores álbumes”. El tributo no acaba ahí: “El tema Rey o Reina tiene un tufillo a London Calling y eso se llama ‘reconocimiento’”. Sobre la foto, elegida la mejor del rock por la revista británica Q, Smith sentenció: “No tomo fotos de bandas sino de gente”. “Lo interesante es que se toma la cubierta del primer disco de Elvis, él con su guitarra, y acá Paul aparece rompiendo el bajo. Venía de la idea de llamar al disco The Last Testament. Como el último testamento rockero. Después la desecharon. Les parecía un poco presuntuosa”, dijo Letts. Y agregó sobre el mentado tema del look captado durante años por Smith: “Cada individuo sumaba, como en la grabación del disco. Uno guerrero, otro con clase, urbanos y callejeros; pero se asimilaban bien”.
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