”¿Vos te pensás que salí de la concha de mi vieja con un disco de Exploited y otro de Ramones y los borcegos?”, dijo el Mosca de 2 Minutos, que le preguntó a su novia compartiendo esa definición de principios con el NO. A raíz del lanzamiento de su nuevo disco de estudio, Vamos a la granja / Directo al Infierno, el hombre que puso a Valentín Alsina en el mapa del punk rock local se lanzó con su verba inflamable y jocosa. Mezcla de Jorge Corona, Pomelo y Johnny Rotten, contó que “en el barrio se acabó el respeto”. A los 43 años se siente “feliz, contento, divino”, pese a las “chiripiorcas” por los excesos. En esa línea definió a su flamante trabajo como “uno de los más drogados y alcoholizados de 2 Minutos, en todo sentido. Me parece que se nota”. Una charla imperdible en la que repasó su compactera y gustos por covers “medios raros” (“Tengo desde el Topo Gigio hasta la banda más podrida del planeta. ¿Por qué no podemos hacer un tema de Armando Manzanero?”). Y hasta se puso contento por la sanción de la ley de matrimonio igualitario: “Esa noche con mi novia hicimos un par de cohetes, comimos una picada, nos quedamos viendo el noticiero a ver qué onda y nos pusimos re contentos. La veíamos re jodida, pensábamos que nos iban a culear por un par de votos. Y cuando salió la ley era una fiesta”.

Otra charla imperdible fue la que ofreció Pepo, el cantante de Los Gedes, preso por intento de robo, quien se comunicó con el NO a través de un número de tarjeta que le llegó a su pabellón. El éxito de la mano de Pablo Lescano estaba muy cerca, demasiado, hasta que un día “iba para Bajo Flores y en ese trayecto se me nubló la cabeza y bardié (...). Yo creo que me llevó un poco la ambición, no pensar, no medir las consecuencias, creer que la cárcel nunca me iba a pasar... y la droga. Como diría el Indio Solari, yo estaba ‘atrapado en libertad’. Consumía desde los 15 años y en el último tiempo estuve con la pasta base”. Ya tiene 60 canciones compuestas y mandó saludos “a todos los gedientos y gedientas que me bancan y piden mi vuelta por Internet”.

De batallas perdidas, de las ganas de pelearla, pese a tenerlas en contra, habló también Diego Billordo, quien en este 2010 lanzó Eleven Palace Hotel: “No sé qué hice, pero hay una parte de esta escena que está muy en mi contra. No se habla o se habla mal. Hablo de las bandas, de los periodistas y de los que mueven la escena. El espacio del indie cool está ocupado por los hypes, y en el del indie cabeza alguien cebado me tiene prohibido”. Y con este nuevo disco se embarcó en una larga gira por todo el país ya que, según sus palabras, “en esta ciudad estoy como maldito”. No debería ponerse tan mal Billordo, o quizá tendría que emprender un viaje hacia el Norte. A raíz del estreno de The Social Network, más conocida como “la película sobre Facebook”, se analizó la tendencia de la industria del entretenimiento que se apropia del mundo loser. El programa de TV Glee con sus “alegorías freaky escolares” lleva la delantera con la fórmula: “No hay nada más cool que ser uncool”.

Los miembros de Carajo, con Mar de las almas bajo el brazo, le dieron duro a la frivolidad de la TV aunque, trabajadores incansables, revelaron sus razones para estar contentos: “Estudio propio, estamos tocando mejor, componiendo mejor y nos conocemos más”, tiró Corvata. El mes terminó con el asesinato del militante Mariano Ferreyra a manos de la patota de la Unión Ferroviaria. El NO descubrió la historia de quien se forjó “en la lucha piquetera, fue metalúrgico, tomó la militancia política y social con visión épica”. Pero dibujó completo a ese chico amante de Dr. House, Los Simpson, las películas de David Lynch y Kitano, que escuchaba a Spinetta, Pequeña Orquesta Reincidentes, Caléxico, hacía teatro, pintaba y tocaba la guitarra. “El disparo en su pecho fue un golpe en el alma para toda una generación crecida en la post-crisis de 2001”, se escribió. Un octubre obrero que pudo ser feliz y sobre el final se puso bien amargo.