No parecía fácil para The Flaming Lips grabar un disco a la altura de The Soft Bulletin (1999), su preciosa sinfonía psicodélica. Wayne Coyne, el líder canoso de esta banda de Oklahoma de origen post-punk, ideó la leyenda de la pequeña gran Yoshimi y su colosal batalla contra los robots rosas. Yoshimi battles the pink robots es una obra de amor y fantasía, donde la tristeza es otro sentimiento sublime, irrenunciable. Tiernos laboratoristas, los Lips formularon otro disco orquestado para los sobrevivientes de la era tecnológica. Canciones como “Fight test”, “In the morning of the magicians”, “Ego tripping at the gates of Hell” y “Do you realize?” están entre lo mejor que dio el pop anglo este año. Así lo creyeron cuatro músicos argentinos, y con eso les alcanzó para adjudicarse el rubro “mejor disco extranjero”. Pegados a ellos, con tres votos, estuvieron los Queens of the Stone Age y su Songs for the deaf, David Bowie (Heathen), George Harrison de ultratumba (Brainwashed), Wilco (Yankee Hotel Foxtrot), Beck (Sea change) y Red Hot Chili Peppers (By the way). Detrás, con dos, aparecen los discos de Primal Scream, N.E.R.D., Eminem y Cornelius.