La vida en las manos. De todas las verdades posibles, hay una que ya caducó: las pajas se hacen espiando entre las rayas de Venus. Aquella regla chancha del consumo paralelo encuentra su jubilación con la televisión digital pero, fundamentalmente, con la democratización de Internet. Por eso, en tiempos donde los portales XXX de contenido fragmentado se coronaron reyes absolutos de la vida, el canal hardcore nac & pop contrata a una de las pornostars más importantes de Internet para convertirla en su cara institucional. En mayo, Venus cambió su logo, su programación y también su identidad visual: la manija, hoy, la lleva Esperanza Gómez. “Es un logro en mi carrera como actriz”, le dice al NO desde Colombia. Una rápida googleada levanta muertos: pelo castaño claro, tetas bestiales, culo fibroso, carrocería de camión larga distancia, aire MILF y desparpajo latino. “Ellos querían a alguien para representar a Latinoamérica y yo soy la actriz más influyente en este momento”, reflexiona sobre su nuevo rol.

Esperanza Gómez es, a los números, alguien que convoca: se encuentra tercera en los rankings de “actrices más buscadas” en xvideos.com (¿La primera? Lisa Ann) y segunda en la web de porno español orgasmatrix.com (¿Y acá?, la peruana Jynz Maze). “Normalmente mis videos obtienen un promedio de calificaciones de 4.8 o 4.9 por sobre 5. Y eso es un buen puntaje”, comenta esta bomba a punto de explotar. Es que, a pesar de la monstruosa cantidad de actrices que hay, Esperanza se está haciendo paso a puro garche sin pedirle permiso a Belladonna, Alexis Texas, Sasha Grey y otras féminas canónicas, colándose entre lo top de lo top.

Su primera película fue South Beach Cruisin 3, donde se pone mimosa con la asiática Kara Tai y, luego, tiene una dura faena con un muchacho color ébano. Hay otra verdad: no son muchas las películas que la tienen como protagonista. “Grabo muy poco para mantenerme en un lugar importante. Al mismo tiempo, soy costosa para muchas de las productoras.” Poco pero bueno, entonces. Aun así, el público la prefiere. Y el canal Venus, también. Por eso, además, conducirá un programa llamado Los recomendados de Esperanza Gómez, con una selección de su material más alguna otra cosa picantona.

Y si de fantasías se trata, Esperanza las hace de goma cada vez que abre la boca: “Entré al porno después de tomar la decisión acompañada de mi marido. El es mi fanático número uno”. ¿Celoso? “Para nada. Tenemos una relación abierta. Si él me lo cuenta, no tengo problema en que se acueste con otra mujer”, señala la desprejuiciada colombiana. En nuestro país, apoyó sus nalgas redondas en el sillón del programa de Susana Giménez (“La de ahora es una nota rara”, dijo la diva local a la hora de presentarla) y en Duro de domar. Así las cosas, aquel episodio de las rayas forma parte de una prehistoria nostalgiosa que encuentra en los dedos, ahora más que nunca, vía una inconmensurable suma de ceros y unos, la conversión chamánica de sus deseos en realidad. Y la vida sigue estando en las manos.