Jesse Ruins: creado en 2010 a partir del imaginario del takuroku (el “hacelo vos mismo” a la japonesa), el dúo tokiota de dream pop y techno pop lanzó en 2014 su segundo álbum, Heartless, con el que pasó a convertirse en una de las grandes realidades de la escena.

Bo Ningen: en tanto que su sonido cruza a Black Sabbath con Nirvana, los shows del cuarteto, cuyos integrantes se distinguen por sus largas cabelleras, son un viaje de ayahuasca en el que despuntan el tai-chi, los kimonos, el ruido y la locura. Editado en 2014, III es su último disco.

The Pillows: a pesar de que en su país son un clásico, The Pillows aún sigue siendo un tesoro por descubrir. Lo que podría suceder a partir de su decimonoveno álbum, Moondust (2014), con el que el trío no sólo celebra sus 25 años, sino que rinde tributo a influencias como Pixies y The Smiths.

Envy: “No podés dejar de escuchar a Envy”, sugirió Takaakira Goto, líder de Mono, durante la nota. El conjunto comandado por Tetsuya Fukagawa es toda una maquinaria del hardcore. Aunque en su último disco, Atheist’s Cornea (2015), asoma su lado más post rock.

Acid Mothers Temple: según el estado de ánimo de su frontman, el guitarrista Kawabata Makoto, el grupo utiliza diferentes variaciones de nombres. The Melting Paraiso U.F.O. fue el elegido para su disco de 2015, Benzaiten. Lo que no cambió nunca fue su chapa de gran banda psicodélica de la tierra de Murakami.

Shoko: con fecha de lanzamiento para el 7 de octubre, A Love Letter to London es el nuevo álbum de la artista multidisciplinaria que, tras la presentación de su debut, When The Sun Will Rise’ (2011) se tornó en la flamante sensación del Shibuya-kei.