EL MERCHANDISING DE LA SAGA
Cómo se modifica el canon narrativo de juegos y juguetes con el pase de manos de Star Wars de Lucasfilm a Disney.
› Por Andrés Valenzuela
Las abuelas dicen que “lo que abunda no daña”. Si hay verdad en eso, el merchandising de La Guerra de las Galaxias curaría enfermedades graves. Eso sí: sería una medicina carísima, como sabe cualquiera que haya intentando completar cualquiera de sus colecciones. En casi 40 años, Lucasfilms primero y Disney Co. ahora lanzaron, licenciaron y (sobre todo) vendieron decenas de millones de unidades de... todo. En Argentina, el merchandising estuvo en todos lados desde el minuto uno. Se regalaron muñecos en las primeras funciones y la memorabilia de esas proyecciones cotiza lo suyo.
En el libro Guerra estelar, de producción local, los autores recorren gran parte del catálogo de cositas que se pueden tener relacionadas con Star Wars aparecidas entre 1978 y 1984: caretas que salieron en la vieja revista Billiken, estampillas, libros con pop-ups, muñequitos que venían con chocolates, tapas de envases de margarina y cualquier cosa vendible.
De todo ese merchandising, el más interesante es el narrativo: historietas —con guiones originales o que adaptaban las películas—, series televisivas, videojuegos y juegos de rol. Durante años, eso conformó el “Universo Expandido” que rellenaba lo que los films insinuaban. Si en un suplemento del JDR se decía que en tal sistema solar los AT-AT se usaban modificados, eso se convertía en “canon”, en “historia oficial”.
Pero como el material de referencia era tan vasto, siempre aparecía alguna contradicción. Así, Lucasfilms estableció una escala para zanjar disputas: los fans, se sabe, son muy dogmáticos al discutir la minucia. En la cima estaba el propio George Lucas. Todo lo que él afirmara, se hubiera publicado o no, le “ganaba” a todo lo demás. Lo seguían películas y TV, luego los videojuegos, juegos de rol, libros e historietas, y finalmente había un nivel más lumpen, vinculado a los crossovers y cosas semejantes. Todo era “oficial”, casi todo era “canónico”. Por ejemplo, que Luke se pasaba al lado oscuro después del Episodio VI.
Con la adquisición de Lucasfilms por parte de Disney, la cosa cambió. Ahora sólo son canon las películas (en su versión más reciente), algunas series de televisión (como Clone Wars) y “todo otro material publicado después del 25 de abril de 2014”. ¿Y el resto? Pasa a tener la etiqueta de “Star Wars Legends”. Cosas que se cuentan, pero que nadie pone la firma si pasaron o no. Por eso la ausencia de Mark Hamill en los trailers de El despertar de la Fuerza suscitó tantas especulaciones. Por eso y porque, al cabo, al fan le encanta discutir cosas que todavía no vio. Y nada mejor que una nueva película para debatir. Y coleccionar con Fuerza.
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