SALí
› Por Sebastián Laffaye
En el léxico de la cada vez más nutrida grey de los elaboradores de cerveza artesanal, el espiche es la canilla con la que se perfora el barril. Pero, desde hace menos de seis meses, este vocablo designa también un nuevo bar en el corazón de San Telmo. Una casa chorizo con ladrillo a la vista, ambiente relajado y mesas que suelen juntarse para recibir grupos de amigos. Al fondo, la barra con algunas banquetas es tal vez el mejor lugar donde ver el ir y venir del salón mientras se espía la mecánica del despacho.
Como buen bar especializado, el fuerte está en las canillas, de donde salen diez estilos de cerveza tirada, de las marcas Coleman y Kraken, en pintas ($48) y medias pintas ($35), a la temperatura ideal (esto significa bien fresca, pero no tan helada como muchas veces se bebe la cerveza industrial). Entre las mejores, la India Pale Ale, de intenso amargor, la Golden Ale, perfecta para beber toda la noche, una chocolatosa Brown y la Strong Ale, con mayor proporción de alcohol.
La comida, servida en porciones contundentes, acompaña muy bien. La oferta no sorprende pero gusta: sándwiches, pizzas, picadas, rabas, algunos platos de cocina y hasta ensaladas. Destacan unas maravillosas papas fritas con su piel, bien sequitas, crocantes y generosas ($50 a $70, según la salsa con que se acompañen). Para los domingos más fríos prometen un nutritivo guiso de lentejas.
Para quienes prefieran esquivar los aromas a lúpulo y cebada se suman tragos (entre $65 y $75), en una lista que incluye los best-sellers de siempre y una selección de cócteles de la casa, como Un tal Lee Harvey (tequila, Cynar, limón y tónica). El cantinero Juan Estaurino asegura que en breve habrá disponible una degustación de ocho Gin&Tonics en versiones mini, para compartir entre dos buenos bebedores.
San Telmo es, para muchos, uno de los grandes corazones cerveceros de la ciudad porteña. Allí, a poco de su apertura, Espiche muestra sus mejores armas: ricos y variados estilos de cerveza, con una comida simple y bien hecha. Un combo que convence.
Espiche queda en Humberto I 471. Teléfono: 4300-9686. Horario de atención: miércoles a sábados, de 18 al cierre; domingos, de 10 al cierre. Happy hour (2 pintas por $75), de 18 a 22.
Detrás de Old Mule Pub están Alexis y Sergio, reconocidos apasionados por la cerveza. Como buenos anfitriones, si la afluencia del público lo permite, se tomarán el tiempo de explicar y sugerir mesa por mesa qué beber según el gusto de cada comensal. El ambiente emana una confortable sencillez: piso en damero, cierto tono de arrabal porteño, mucha presencia de madera y un balcón sostenido por columnas de hierro son la nota distintiva del lugar.
Las cervezas, todas de elaboración propia, muestran la preferencia de la casa por las variedades inglesas. Para acompañar las pizzas, recomiendan la Blond Ale, liviana y refrescante, muy fácil de tomar e ideal para aquellos que recién están comenzando a incursionar en las cervezas artesanales. Quienes deseen sabores más profundos pueden optar por la Porter, con notas tostadas y buen amargor, que acompaña muy bien los quesos y fiambres de la picada. La IPA (India Pale Ale, actual fetiche en el mundo de la fermentación a pequeña escala) es la más intensa, con evidente presencia del lúpulo patagónico. Su amargor la convierte en compañera ideal para algunos de los platos de cocina de la carta, por ejemplo la bondiola especiada con romero y cilantro, que sale con batatas ($90). Para comer, por supuesto, también hay hamburguesas caseras, papas fritas, rabas. En definitiva: comida sencilla y directa, sin firuletes.
Un plus que ofrece The Mule es la posibilidad de alquilar chopera para eventos hogareños a precios muy competitivos: $30 el litro del estilo que uno prefiera, incluyendo todo lo necesario para tirar la cerveza uno mismo, en bidones de 20, 30 o 50 litros. Y en el bar todos los días hay un happy hour de 2x1 a un valor imbatible para el barrio: hasta las 20.30, las dos pintas salen $45 (las medias pintas, $30).
Old Mule transmite la pasión que sus socios fundadores tienen por la cerveza. En palabras de Alexis, “la cerveza que vendemos es la que nos gusta tomar. Este lugar es, antes que nuestro negocio, un sueño hecho realidad”.
Old Mule Pub queda en J. A. Cabrera 4946. Teléfono: 15-6036-2004. Horario de atención: miércoles a viernes de 18 al cierre; sábados y domingos de 19 al cierre.
La última década fue afianzando lo que hoy ya es mucho más que una promesa: Mar del Plata se convirtió en cuna de algunas de las mejores cervecerías artesanales del país, favorecidas –suele decirse– por la alta calidad del agua de aquella zona. Son muchos los ejemplos; uno de ellos es Baum, marca que acaba de inaugurar una franquicia en Buenos Aires.
La historia comenzó en 2009, cuando el maestro cervecero Leonardo Luffi decidió encarar el proyecto propio. Para lograrlo se juntó con su socio Maxi Kristiansen y juntos crearon la marca Baum, que con el tiempo se fue convirtiendo en un referente en materia de producción artesanal.
Unos pocos meses atrás era necesario ir a Mar del Plata para probar sus productos. Hoy, por suerte, ya no es necesario encarar la Ruta 2: en pleno corazón de Palermo, el flamante local ofrece un espacio enorme, bullicioso y canchero. La doble barra invita a pedir una degustación de las siete cervezas disponibles ($80, seis son fijas, una rota según el día). Luego, sí, elegir la favorita. Las pintas van de $49 a $55 según la variedad (media pinta, de $29 a $31). Son muy recomendables la Porter y la Scottish, aunque también vale la pena prestar atención a la sugerencia diaria, donde pueden aparecer verdaderas rarezas para conocer.
La comida es la esperable de un pub cervecero, aunque los platos de cocina ($100/$120) salen con una elaboración por encima de la media: abundante porción de langostinos en tempura, ribs de cerdo ahumadas o una entraña grillada, entre otras opciones. También hay variedad de papas, hamburguesas y todo el consabido universo de comida rápida que suele acompañar las birras.
El bullicio reinante podría invitar a pensar lo contrario, pero nada dentro de Baum está hecho al azar. Si bien el local porteño abrió hace poco, se trata de una marca madura, que trabaja con calidad de producto y calidad de servicio. Un jugador que crece en el cada vez más grande mapa cervecero argentino.
Baum queda en Honduras 5720. Teléfono: 3669-0139. Horario de atención: lunes a viernes, de 18 al cierre; sábados y domingos, de 19 al cierre.
Fotos: Pablo Mehanna
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