Dom 10.01.2016
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BARES HISTÓRICOS REABIERTOS

› Por Sebastián Laffaye

BILLAR Y REUNION

Inaugurado allá lejos en 1894, Los 36 Billares se fue convirtiendo con el correr de los años en uno de los bares más tradicionales de Buenos Aires. Por sus mesas desfiló lo más granado de la sociedad porteña de la época, transformándose en lugar de reunión de los personajes de la cultura y el arte durante las primeras décadas del siglo XX.

Los salones ocupan la planta baja y el subsuelo de un edificio de departamentos que fue construido por los arquitectos Tiphaine y Colmegna, con estilo academicista francés. En el subsuelo se encuentra una de las mejores salas de billar de Buenos Aires: 11 mesas de billar totalmente restauradas, 6 mesas de pool y 1 snooker que tiene una antigüedad de unos 120 años.

Después de haber permanecido cerrado poco menos de un año, hacia fines de 2014, y luego de un minucioso trabajo de remodelación y restauración, reabrió sus puertas de la mano del Grupo La Continental, recuperando buena parte del esplendor de otros tiempos: enorme barra de madera para despacho, pisos de damero, luminarias de época y publico ecléctico que reúne turistas, transeúntes ocasionales y un nutrido grupo de habitués de toda la vida tirando carambolas o despuntando el vicio del dominó en alguna mesa al fondo del local.

Si bien la carta incluye un amplio abanico de posibilidades (platos de cocina, cafetería y pastas, entre otros), la especialidad de la casa son las pizzas (masa a la piedra), y esto se verifica viendo el enorme horno que despunta detrás del mostrador. La clásica mozzarella arranca en $136, la napolitana sale $174 y una fugazzeta rellena $199. Hay un acápite adicional para las pizzas especiales con ingredientes menos tradicionales, empanadas ($21) y algunas tartas.

De lunes a viernes al mediodía hay cuatro menúes ejecutivos que van desde $61 (dos porciones de pizza más chopp o gaseosa) a una pechuga grille con guarnición más bebida y café por $120.

Sobre la histórica Avenida de Mayo, Los 36 Billares viene a recuperar un trozo de aquella Buenos Aires que ya se ha ido, pero que vive en la memoria emotiva e imaginada de muchos porteños.

Los 36 Billares queda en Avenida de Mayo 1271. Horario de atención: lunes a viernes de 7 a 2; sábados y domingos de 7 a 4.


UNA ESQUINA PORTEÑA

Con más de 80 años de historia a sus espaldas, por las mesas de Los Galgos desfilaron Enrique Santos Discépolo, Aníbal Troilo y Arturo Frondizi, entre otros. Cuando el lugar bajó las persianas un año atrás, a más de un parroquiano se le cayó un lagrimón. Por suerte, no fue un cierre definitivo. Cinco meses de obra, un enorme esfuerzo para recuperar la decoración original (había sido vendida en gran parte) y mucho cariño por la cultura de bares porteña lograron que Los Galgos luzca (casi) como siempre, sumando modernidad: aire acondicionado, wifi, iluminación ad hoc y un perfecto sistema de extracción de olores.

La apuesta de Julián Díaz y Florencia Capella (ambos también a cargo de 878 Bar) es mantener la atmósfera de antaño (mesas de madera, larga barra cafetera, mozos con casacas clásicas) con especial énfasis en la materia prima y las preparaciones. Ejemplo de ello es el café, bastardeado hasta el infinito en tantas otras cafeterías. En Los Galgos se le rinde culto con granos de calidad y la Ferrari de las cafeteras, además de la mano experta de Ángel en los comandos. Para acompañar, deliciosos alfajores de maicena, pasta frola y medialunas.

Si bien el fuerte de todo bar debe ser el café, la comida no le va en zaga. Todos los días hay un menú ($150 principal, bebida y café, $200 con entrada o postre más copa de vino), que puede ser un pescado a la plancha con vegetales o alguna pasta. A la carta ($120 a $150 los principales), bife a las brasas, bondiola o una milanesa a la Napolitana, entre más platos. De postre (todos $55), flan de 12 huevos. Párrafo aparte merecen los sándwiches, con panes de caseros y fiambres elegidos a consciencia (mortadela con pistachos, salames de Tandil, quesos de Lincoln). La carta de vinos suma excelentes opciones con precios amables (Colonia Las Liebres Bonarda $170, Zorzal Pinot Noir $180).

Más allá de las pizzerías, la zona que rodea la Av. Corrientes de los teatros es un agujero negro de la gastronomía porteña. En este contexto, la reapertura de Los Galgos es una bocanada de aire fresco, realizada por gente que ama dar de comer.

Los Galgos queda en Av. Callao 501. Teléfono: 4371-3561. Horario de atención: lunes a viernes de 7 a 24; sábados de 8 a 24.


UN WHISKY, POR FAVOR

Reducto frecuentado por la farándula vernácula durante las últimas decádas, el café Tabac ocupa una imponente esquina en Coronel Díaz y Av. del Libertador. Tras un cierre temporal, a fin de año pasado reabrió sus puertas completamente renovado, si bien conservando aquel aire que lo hiciera famoso. Al entrar, es imposible no pensar en Guillermo Nimo o Coco Basile escanciando whisky con cigarrillos en una de estas mesas que, desde 1969, se fueron convirtiendo en parte del paisaje del coqueto barrio. Durante las tardecitas de sol, la espaciosa vereda es muy solicitada, aunque en el tórrido verano lo más prudente es ubicarse en el enorme salón.

Casi un año y medio transcurrió en lo que ya parecía un cierre definitivo, para retomar bríos de la mano del grupo que nuclea la Confitería Las Violetas y el Petit Colón. Los nuevos dueños han puesto especial énfasis en mantener el espíritu del local: mesas de madera maciza, asientos confortables y algunos sillones que invitan a la charla íntima.

La carta recoge buena parte de los clásicos de la gastronomía ciudadana, como una excelente milanesa de lomo con puré ($170) o el revuelto gramajo (con arvejas, $140) También hay sandwichería (lomitos, pavita, Club Sandwich) y variedad de platitos para picar a la manera de los antiguos copetines: chip de crudo y queso ($60), salchichitas con chucrut ($70) y una deliciosa mini provoleta con jalea de arándanos ($70). Para acompañar, son ideales los tragos ($85 a $115), diseñados por Gonzalo Cabado, un cantinero con premiada carrera a pesar de su corta edad. Una opción refrescante es el Chai Collins (con almíbar de té especiado), mientras que la intensidad espera en el Spicy Old Fashioned. Carta de vinos con opciones para todos los gustos, con precios algo elevados.

Ícono de la nocturnidad porteña durante más de medio siglo, los nuevos dueños lograron el equilibrio entre la continuidad y la novedad. Tomarse una whisky en una de sus mesas es casi un deber para los noctámbulos que se precien de serlo.

Tabac queda en Av. Del Libertador 2300. Teléfono: 4802-1191. Horario de atención: domingos a jueves de 7 a 2; viernes y sábados de 7 a 5.


Fotos: Pablo Mehanna

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