SALí
› Por Mercedes Halfon
Caserón de poeta en Caballito: El Solar de Don Fermín
A media cuadra del Parque Rivadavia hay un restaurante que se convirtió en uno de los favoritos de los vecinos del barrio, y no se trata de un lugar común. Para comprobarlo basta con traspasar el umbral de Beauchef 229, entrar a la vieja casona de dos plantas, sentarse en un amplio salón revestido en madera y, mientras se analiza el menú, escuchar a los mozos referirse a los comensales por sus nombres y preguntarles: “¿Lo de siempre?”. El Solar de Don Fermín nació en 1999 por iniciativa de Hernán Bertoni, un descendiente de italianos que tomó por asalto el barrio en el que nació con una propuesta gastronómica amplia y preparada con esmero. Bertoni confiesa haber adquirido la base de sus conocimientos gastronómicos en la cocina de su casa materna: “Mi abuela me ponía a girar la pastalinda”. Ahora está detrás del mostrador. Todos los días atiende a sus clientes y responde con diligencia las demandas de los comensales. Con una capacidad de 170 cubiertos, el restaurante funciona durante el mediodía y la noche en la que fue, hasta su muerte, la casa del escritor Fermín Estrella Gutiérrez, amigo de Alfonsina Storni. De las paredes cuelgan algunos de los cuadros originales de la época en la que Estrella Gutiérrez vivía en el caserón. El lugar está poblado por mesas cubiertas de una vajilla impecable, que hacen pensar en una parte de las costumbres de la alta sociedad a mediados del siglo pasado. La comida está en sintonía con el lugar: platos típicos de la comida porteña, con una amplia variedad en pastas (orecchiettes, tagliattelis, malfattis), risottos y pescados (trucha y salmón). Ofrecen entradas frías y calientes, en las que se destacan las bruschettas de camarones y salmón ahumado. Los platos son abundantes y si piden vinos de bodegas neuquinas, hay otro de regalo.
El Solar de Don Fermín está en Beauchef 229. Abre todos los días de 12 a 16 y de 20 a 0. Teléfonos: 4902-4342 4139-4342/ 4346. Tarjetas de crédito y estacionamiento.
El otro príncipe de Dinamarca
La comida danesa es rica y sencilla, aunque algunos de sus ingredientes resultan inusuales al porteño paladar. Esto puede corroborarse yendo al Club Danés, el mejor y más tradicional restaurante dinamarqués de estas pampas. Abre días hábiles sólo al mediodía y se ubica en el piso 12 de un edificio céntrico; tal vez por esto los asistentes oscilen entre melancólicos miembros de la comunidad danesa local y oficinistas de la zona, que se recrean por distintos motivos con la imponente vista del río. Y por supuesto, con la comida. ¿Qué se puede probar? Algo característico son los Smerrebred —literalmente “panes enmantecados”—, sandwiches abiertos que se sirven al plato. La mayoría se hacen sobre pan de centeno típico dinamarqués, elaborado en el restaurante, algo que marca una gran diferencia: el pan de centeno se hace a la manera danesa, es decir, es realmente negro. Sobre esta base lo que se coloca encima puede ser: salmón ahumado con crema, eneldo y limón o arenque marinado con aros de cebolla, rosbif con pepinillos agridulces, remoulade y cebollas fritas, entre otras variantes. La mayoría de las conservas que se sirven son agridulces, otra característica del gusto nórdico. “Los daneses son muy de la mesa fría”, dice Santiago, uno de los dos encargados del Club. Su madre es danesa, él vivió allá, y es por esto que las recetas dinamarquesas se practican allí con rigor y los ingredientes exactos. Los platos calientes varían con los días, pero se destacan el típico Biksemad, que son dados de carne de ternera y cerdo con dados de papas y cebollas, acompañados con remolachas agridulces y un huevo frito. O el Indbagt merbrad, un solomillo de cerdo envuelto en masa de cerdo y hojaldre, con papas, salsa de perejil y puerros marinados. Los postres son una delicadeza artesanal. A juzgar por la deliciosa cocina que allí se practica, los habitués del Club Danés deberían crecer tanto como las millas que nos separan de Dinamarca.
El restaurante del Club Danés está abierto al público de lunes a viernes de 12 a 15 en la avenida Leandro N. Alem 1074, piso 12, en la ciudad de Buenos Aires.
D & M: un deli neoyorquino en Colegiales
Por Julieta Goldman
D & M son las siglas de un estudio de danza (llamado dance & move) que funciona en la planta baja de un edificio en Colegiales donde también funciona un deli que a fines del año pasado empezó su movimiento. La propuesta es simple, a base de sandwiches, ensaladas gourmet y pastelería. Pero con tips ingeniosos y recetas ancestrales, inspiradas en la familia. ¿Los highlights? Torta de queso y mousse de maracuyá, cookies de chocolate negro y blanco, budines y muffins.
D & M luce de blanco como una novia, todo decorado con colores claritos. Sillas, mesas, vajilla, muebles y paredes blancas. Además hay un espacio con deck y enredaderas al aire libre, para aprovechar los últimos días del verano (si es que no llueve) y espejos a lo ancho que dan mucha luz al lugar.
Quienes llevan las riendas de este proyecto son dos amigas de menos de treinta años, que se conocen desde los diez y es su primera experiencia en gastronomía. Después de varias charlas y recuerdos de distintos viajes por Nueva York surgió la idea de armar un deli, típica cafetería/bar que se encuentran por toda la Gran Manzana. Buscaron fusionar algo romántico y moderno, teniendo como premisa ofrecer comida rica y sana, incluyendo distintas semillas, hierbas, pescados, carnes y verduras. Desayunos irresistibles, abundantes almuerzos, pastelería de la abuela y productos frescos a toda hora para llevar o para aprovechar con un cafecito o algún licuado en el salón. La oferta del día se exhibe en las pizarras colgadas detrás de la barra.
D & M queda en Jorge Newbery 3663. Teléfono: 4556-1789. Abre de lunes a viernes de 9 a 19 y sábados de 10 a 19.
María Félix: cocina mexicana y festejo del Día de la Mujer
María Félix no sólo es una famosa actriz y símbolo del cine mexicano en su época de oro, más conocida como La Doña o María Bonita. También es una taquería y bar con dos sucursales (en Palermo y en Martínez) y larga trayectoria en exquisiteces mexicanas: mañana abre especialmente sus puerta para celebrar el Día Internacional de la Mujer.
¿Cómo? Se proyectarán escenas de distintas películas de la célebre actriz que le da nombre al lugar, como La Pasión desnuda, Tizoc, Cucaracha y Doña Diabla, y se van a exhibir cuadros con los que el pintor Antoine Tzapoff la retrató durante su romance.
El menú especial que armaron para la ocasión incluye Ensalada La Gloria eres tú (selección de hojas verdes de la huerta, pollo, champiñones y queso, bañada con exquisito aderezo de guacamole); Budín Azteca (de calabaza y pollo con salsa de queso blanco y finas hierbas) y de postre Pastel de tres leches. Además, entre las mujeres presentes se van a sortear sombreros mexicanos tradicionales y algunas copias de las películas.
Para todos aquellos que no tengan ningún tipo de interés en salir a festejar el 8 de marzo, María Félix ofrece todos los mediodías y noches tacos, quesadillas, fajitas y uno de los más clásicos platos mexicanos: Carne a la Tampiqueña (fileteado de lomo con acompañamientos). Imprescindible acompañar las comidas con shot de tequila o un margarita (o más). Y para cerrar la velada jueves, viernes y sábados hay show de mariachis
María Félix queda en Dardo Rocha 1680 (Martínez) y Guatemala 5200 (Palermo).
Abre todos los días mediodía y noche. Hay delivery.
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