NAVEGá › HOY: JUGA ONLINE
› Por Mariana Enriquez
Lo inventó un arquitecto jubilado de 74 años llamado Howard Garns, que en su tiempo libre se dedicaba a inventar rompecabezas, y en 1979 se publicó por primera vez en la revista Dell Magazines. Gustó, relativamente, pero no trascendió. Entonces se llamaba “Number Place” (lugar de los números) y su creador, que murió en 1989, no llegó a ver cómo su juego de ingenio, rebautizado como Sudoku, conquistaba el mundo y se convertía en obsesión global. En los ’80 el juego sedujo a Japón, pero no fue furor hasta el 2004, cuando un juez llamado Wayne Gould, neocelandés, lo descubrió, lo desarrolló en un programa informático y lo vendió a The Times de Londres. Poco después, ya podía encontrarse en diarios y revistas de todo el mundo. Hoy existe un campeonato mundial de Sudoku (se hace en Praga), varios programas de televisión dedicados al juego —especialmente en la BBC— e infinidad de libros que tratan de explicar el fenómeno, ofrecen soluciones, variantes y todo tipo de derivaciones y disquisiciones posibles.
¿De qué se trata? El objetivo es rellenar una cuadrícula de 9x9 celdas (81 casilleros) dividida en subcuadrículas de 3x3 (también llamadas “cajas” o “regiones”) con las cifras del 1 al 9 partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas. No se debe repetir ninguna cifra en una misma fila, columna o subcuadrícula. Un sudoku está bien planteado si la solución es única. Sólo hay que armarse de paciencia y ciertas dotes lógicas: no es un ejercicio de matemáticas exactamente.
Lo cierto es que el dichoso cuadrado tiene a la gente enloquecida, rellenando casilleros en aviones, subtes, mesas de desayuno y bares. Y, por supuesto, se puede jugar online. El mejor sitio en castellano, que explica las reglas y ofrece diferentes niveles de complejidad es http://www.sudokumania.com.ar/. Ofrece diferentes cuadrículas por semana y, claro, diferentes estilos (killer sudoku, samurai sudoku y así). El tablero se puede imprimir, hay versiones para niños, recomendaciones de libros, actualizaciones permanentes, noticias sobre el juego y programas para jugarlo. El sitio ideal para enfermarse la cabeza.
http://www.sudokumania.com.ar/
Los mayores de treinta y cinco años (para redondear) deben recordar cuando, allá por los años ’80, eran los ases del Pacman y el Gálaga; recordarán el joystick y las ampollas en los dedos de tanto manosearlo y manipularlo; y también sentirán nostalgia por los salones de videojuegos, con sus máquinas grandotas, los ruiditos cibernéticos que entonces sonaban como el futuro, y el peculiar olor de montones de adolescentes hipnotizados ante el Super Mario Bros, o transpirando con las patadas del Street Fighter.
O sea, lo que hoy, en tiempos de Playstation y todos esos juegos que vienen en CD y los abuelos ya no comprenden, se llama un auténtico viejazo.
Pero todo vuelve, y la moda nostálgica-vintage está a la orden del día. Aquellos juegos sencillos y amables, que en el mundo se llaman “arcade games”, se vuelven a conseguir. Y para los que no quieran gastar unos dinerillos en comprarlos —o los que, por cuestiones de espacio y finanzas, no pueden llenar un galpón con las hermosas máquinas grandotas que recibían las fichas metálicas— hay generosos lugares en el ciberespacio que los ofrecen gratis, para jugar online; sólo hace falta instalar el sencillísimo javascript para poder disfrutar de la mayoría. Uno de los mejores lugares, por su prolija organización, bastante poca publicidad, una oferta variada pero no apabullante y la posibilidad de agrandar la pantalla es http://www.1980-games.com/us/. Están la mayoría de los que pueblan la memoria, divididos en “de disparos”, “de laberintos”, “de peleas”, bien claro. Eso sí, hay que acostumbrarse a usar el teclado como joystick, se sabe, la barra espaciadora para disparar, los flechas de la derecha para recorrer el laberinto del Pacman. Pero ésa es toda la actualización necesaria.
¿A quién no le han dicho alguna vez que guarda un parecido con cierta estrella de Hollywood? Pues bien, ¡a comprobarlo! El sitio www.myheritage.com se dedica a la genealogía, y a la posibilidad de postear y compartir las fotos familiares. Es decir, es un espacio de recopilación comunitaria que permite armar páginas de la familia propia y demás. Eso no nos interesa. Lo que nos compele es que, seguramente para aumentar el número de visitantes, han inventado un entretenimiento sumamente adictivo. Se trata del programita “Face recognition”, que básicamente permite subir una foto y la base de datos se encarga de determinar a qué famoso se parece el fotografiado, con porcentajes. Por ejemplo: uno sube una imagen propia —entre los tips recomiendan que el rostro esté en primer plano, en lo posible, o bien definido— y después de un escaneo, se dan los resultados, que son decrecientes en orden de parecido. ¡Cuidado! Trate de salir agraciado en la foto. Porque el programa reconoce los rasgos más marcados y los gestos, y hay chicas vanidosas que han subido su foto y recibido como resultado —porque en la imagen estaban un poco gorditas, por ejemplo— un parecido del 90% con Pedro Almodóvar. Algunos resultados son francamente odiosos, y otros sorprendentes por su precisión, para bien o para mal. Y se recomienda, también, probar con varias fotos: si usted, joven, ha salido parecido a Woody Allen, sencillamente busque una foto sin anteojos y quizá tenga la suerte de parecerse a John Cusack, que no será una hermosura de hombre, pero está mejor que Allen. Los resultados se pueden publicar en blogs y así ser divulgados. Pero claro, quienes lo hacen por lo general han tenido la fortuna de coincidir en un 90% con los rasgos de Julia Roberts o Jude Law. Valentía, entonces, que siempre se puede guardar un secreto. O, con suerte, darse una enorme inyección de autoestima.
http://www.myheritage.com/FP/Company/tryFaceRecognition.php
La mejor revista online de juegos, desafíos y enigmas está en www.drakon.com.ar Arrancó en enero de 2006, y mediante newsletter llega una vez por mes. Para participar de los juegos hay que suscribirse y sólo así se pueden además acumular puntos. Pero todo el trámite es terriblemente sencillo y además, gratis; las instrucciones de los juegos están accesibles en la versión online sin suscripción, para que el visitante pueda ver de qué se trata. Y los juegos de verdad que valen la pena para quienes gusten de quemarse el cerebro y tengan cierta tendencia obsesivo-compulsiva. Con personajes simpáticos y naïfs, los cerebros detrás de Drakon elaboran enigmas verdaderamente complicados, desde problemas de deducción lógica hasta juegos online tipo Sudoku (pero, por ejemplo, con colores y “pociones”, en el caso de uno llamado “Brujería”); y aunque sale una vez por mes, está garantizado que ciertos jueguitos pueden tardar ese tiempo en ser resueltos. Uno de ellos, de los más interesantes, tiene continuidad: el ajedrez. Un personaje de Drakon, el soberbio rey de Chaturanga, desafía a nuestros lectores a una partida. La cosa es así: en cada número todos los suscriptos a la revista podrán hacer una jugada. Antes de que se publique el siguiente número, se selecciona la jugada más votada y el rey responde. Así, con mucha paciencia y la colaboración de todos, a lo largo de cada newsletter la partida irá avanzando hasta que haya un ganador: el rey o los lectores. Además, se pueden descifrar jeroglíficos, noticias lúdicas (sobre torneos de ajedrez, go, cartas Magic y demás), acertijos, concursos con premios, posibilidad de acumular un “tesoro”, cuentos inmorales y mucho más. Para dar una idea: llevan iniciados 161.391 juegos. Y amenazan con mucho, mucho más.
http://www.drakon.com.ar. Para suscribirse
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