Las hay para conseguir pareja, conseguir trabajo, compartir imágenes, canciones, videos. Para niñatos ricos que quieren hablar con otros niñatos ricos, o gente —supuestamente— bella que busca conocer gente —supuestamente— bella. También, por supuesto, para quienes quieran deshacerse en elogios a sus gatos, o a los felinos de los demás. En otras palabras: hay redes sociales para cualquier cosa. Y desde las últimas semanas también las hay para aficionados al vello facial. O, más bien, a los velludos. Porque bajo el nombre Bristlr recientemente se ha lanzado una aplicación “tipo Tinder” —según explican sus creadores— “que conecta hombres/mujeres que llevan barba con hombres/mujeres que gustan de acariciarla”. Y es que, a diferencia de otros espacios para concretar citas, la novedad no consulta si el usuario está soltero: se contenta con saber si es barbado o si busca a alguien que sí lo sea, sumando además puntuaciones para los ejemplares más creativos, prolijos, abundantes...

Creada por John Kershaw, un inglés de 28 años que vive en Manchester, la app comenzó como una broma, pero en las primeras semanas dejó de serlo, sumando más de 25 mil usuarios, gustosos en pagar los 3 euros requeridos para acceder a vellosos candidatos. Y aunque la mayoría de los muchachos suscriptos son canadienses (“tendrá que ver con el frío y el look leñador”, arriesgan fuentes periodísticas), ya se han sumado algunos casos locales. “¿Es esto una joda? En el sentido de su ridiculez, sí. Pero es real. Funciona”, advierte la web oficial. Mientras quede claro...