De buenos años a la fecha, la presentadora Ellen De Generes se ha caracterizado por ofrecer: obsequios a la audiencia que presencia su talk show diurno; deseos realizados a doñas y mocitos; risas con la asistencia de famosillos; actuaciones cualunques en series o films cualunques y selfies históricas, entre otras cuestiones. Empero, quizá cansada de dar, dar, dar (pobre alma caritativa), hoy Ellen quita, quita y quita. Porque, amén de ampliar su gama de entretenimiento, desde hace unos meses también existen máquinas tragamonedas Ellen De Generes. Aunque, ¡ojito!, ¡a no dejarse confundir por la sonrisa amable de la entrevistadora!: las chances de ganar unos billetes no son superiores a los de cualquier otro aparato de la misma especie. “La gente tiene la oportunidad de jugar juegos muy divertidos, tener sus propias fiestas de baile y ganar dinero real, contante y sonante. Honestamente, ¿qué más quieren de mí?”, ¿bromeó? doña De Generes sobre el adminículo.

“Ellen es tan pero tan simpática que a nadie le importará que esté haciéndose de un enorme fajo de verdes con la adicción al juego de miles de estadounidenses con bajos recursos”, ironiza la web Dangerous Minds. Que, además, informa cómo el sitio oficial del show de tevé tiene un finder para ubicar las maquinolas fácilmente (cuatro en San Francisco, cinco en Los Angeles, etcétera), cuántos tipos existen (tres: Dance Party, Know or Go y 12 Days of Giveaways), y así. Por lo demás, el San Francisco Chronicle reporta que la empresita es un gran éxito, “atrayendo multitudes”, y luego: “No es usual ver hordas paradas alrededor de una tragamonedas, riéndose de lo que ocurre mientras otros gastan su dinero”. Lástima que las carcajadas no se trasladen –a decir de buena porción de los críticos estadounidenses– a la nueva sitcom producida por De Generes, One Big Happy, recientemente estrenada, sin tan felices repercusiones.