Un rodillo es un rodillo es un rodillo. Aunque no necesariamente lo sea. Al menos, no aquellos pergeñados por el estudio de diseño y escultura PutPut, con sede en Copenhague. Fundamentalmente, porque los mentados adminículos pensados por la firma escapan a la funcionalidad habitual de los usuales “rulos de material absorbente que giran sobre un eje depositando la pintura sobre una determinada superficie” (Wikipedia dixit). Sucede que, en el encuentro entre la practicidad y lo puramente decorativo, los artistas daneses Stephan Friedli y Ulrik Martin Larsen decidieron reemplazar espuma, pelo o mohair por: un cactus, un vibrador, pan, un tronco de madera, una salchicha, un globo, un habano, una pieza de ajedrez, una figurilla de cerámica, un lápiz labial, un pimentero, entre otras opciones que acaban integradas a mangos varios, creando rodillos para no-pintar. “La propuesta da a una tarea mundana, una nueva expresión y una tipología ficcional para un propósito imaginario”, anota el sitio arty Design Boom, en referencia al catálogo de 60 imágenes, y a las 60 cosas -atípicas- que emulan la forma tubular. “Durante un largo período de tiempo, hemos estado recogiendo rodillos y objetos con el fin de completar la serie Paint Rollers de manera exhaustiva y genuinamente abarcativa”, explica la dupla sobre esta sinrazón. Aunque no hay esclarecimientos posibles. El choclo integrado a la asa habla, después de todo, por sí mismo.