Rebelde Way

La rebeldía vende. Y si es barata, también publicita. Todavía no se secó la tinta de las pintadas callejeras del Proyecto Stencil, y las calles porteñas ya tienen sus stencils “profesionales”. Son los que anuncian la existencia de Rethink, una marca local de ropa que rinde tributo a la música. Y que demuestra que, si hasta el punk pudo ser desayunado por el sistema y regurgitado como moda, el stencil también es publicidad. Rebelde, pero útil.

Reina come tablero

La iniciativa fue de un grupo internacional de Grandes Maestros (entre ellos Nigel Short, ex campeón británico), que lanzó el World Chess Beauty Contest (Concurso de Belleza del Ajedrez Mundial), una competencia que se promociona vía Internet en busca de las llamadas “chesschicks”: mujeres lindas que mueven peones y alfiles y caballos y demás, sobre el tablero, a nivel competitivo. El website ya tiene una lista bastante impresionante de potenciales reinas, entre ellas Vaness Reid, adolescente australiana con look de modelo, y Maria Manakova –cuarta jugadora del ranking ruso–, quien ya posó desnuda para una revista moscovita. Los fundadores del sitio argumentan que el juego necesita algo más de “glamour” para competir con las televisaciones multimillonarias del poker, que aparentemente son las que se están llevando todos los adeptos (y los sponsors). Pero las respuestas indignadas no se hicieron esperar: a Jennifer Shahade (dos veces campeona norteamericana) le parece perturbador que “tanto sus jueces como sus creadores sean miembros profesionales de la comunidad ajedrecística y que estén tan orgullosos de su idea”. Por su parte, la rusa y nada acomplejada Alexandra Kosteniuk, de 21 años (y quinta en el ranking femenino mundial), vende a sitios de Internet sus fotos e incluso un video de 36 minutos de duración en el que se la puede ver “haciendo ejercicio en Miami Beach”. Arthur Kogan, un Gran Maestro israelita y, a la sazón, uno de los jueces del concurso, argumentó que “el circuito ajedrecístico pide un cambio drástico, en especial el femenino, tanto como para que las chicas puedan ganarse la vida jugando”.