Todo el mundo conoce a Mario, el de los jueguitos, el plomero que hasta llegó a tener una película. Este personaje fue creado en 1981 por Shigeru Miyamoto. Su primera aparición fue en el videojuego Donkey Kong; era el tenaz héroe que saltaba barriles y perseguía a un mono gigante que todo el tiempo se escapaba llevándose a la chica.

En un principio, Mario se llamaba “Mr. Video”. Miyamoto quería tener un personaje recurrente, inspirándose en artistas del manga como Osamu Tezuka, que mostraba un mismo personaje a lo largo de varias historias, y el director Alfred Hitchcock, que aparece en todas sus películas.

Sucedió que Nintendo tenía una sucursal en Estados Unidos para realizar versiones en inglés de sus jueguitos; todavía no tenían demasiado dinero y alquilaban un almacén. El dueño, Mario Segale, se quejó de que le debían varios meses de renta, en una discusión muy acalorada que dejó su huella en la memoria de los empleados. Mr. Video era igualito a Mario Segale, así que lo bautizaron como él.

Años más tarde, Miyamoto comentó que si el personaje se hubiera llamado Mr. Video, hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. En cambio, Mario se convirtió en la estrella de más de doscientos videojuegos.

Según el diario The Seattle Times, el señor Mario Segale, hoy en día, es un magnate inmobiliario. No le gusta demasiado hablar de su rol como inspiración del plomero de los jueguitos; la única declaración sobre el tema la hizo en 1993, cuando dijo: “Todavía estoy esperando el dinero de mis royalties”. No es que le haga falta.