El invierno está llegando para una localidad británica ubicada en las cercanías de Londres. Y es que, para celebrar el lanzamiento de la tercera temporada de Game of Thrones en DVD y Blu-Ray, el pueblo Kings Langley –comprometido con la causa ficcional y el trono de mentiritas– será rebautizado y adoptará como propio el nombre de fantasía King’s Landing (o Desembarco del Rey) en homenaje a la capital creada por George R. R. Martin. Casa de los Lannister, no queda claro si algún ciudadano apellidado Stark tendrá que optar por exilio; lo que sí es seguro es que la modificación se concretará el 17 de febrero y durará sólo una semana.

Idea de un productor ejecutivo que, mientras esperaba el subte en la estación Euston, escuchó mencionar el sitio y gritó “¡Eureka! Suenan tan parecido... Ojalá sonasen igual”, y que luego contactó a las autoridades locales para ofrecerles el cambiazo, la campaña es apenas una más de las tantas locuras que se han realizado por amor al marketing. Sólo alcanza con mencionar el caso del pasado julio, cuando una calavera de dragón (¿¿¡¡vivo!!??) fue depositada en las playas del condado de Dorset, Reino Unido, para sorpresa de bañeros desprevenidos.

Es evidente: HBO no se queda corto cuando de festejar a una de sus tiras más exitosas se trata. Ahora bien, muchos ya han comenzado a cuestionar: “Si van tan lejos por un simple DVD, ¿qué tenemos que esperar para la salida de la cuarta temporada en marzo? ¿Dragones reales? Por favor, que sean dragones reales”. La esperanza, dicen, es lo último que se pierde. El sentido común, al parecer, también.