“Si empezabas a sentirte un poco paranoico acerca de la seguridad y vigilancia de Internet, esto te va a hacer sentir muchísimo peor”, destaca el sitio web Slate al momento de dar cuenta de una creación que pone en jaque la poquísima privacidad que anda quedando en la sociedad actual. Sucede que dos artistas neoyorquinos han creado un adminículo llamado Conversnitch que luce como una lamparita o una lámpara (de hecho, lo es), pero que, en paralelo y mientras alumbra, graba conversaciones, las transcribe y las publica a una cuenta de Twitter. ¿El colmo de los colmos? ¡Es baratísima! Por apenas 100 dólares, Kyle McDonald y Brian House pueden construir el discreto dispositivo espía que funciona en cualquier restaurante, casa o biblioteca con Wi-Fi disponible.

Y es que apenas una minicomputadora Raspberry Pi y un micrófono (para grabar audio) hacen de columna vertebral del invento, que pasa a las letras gracias a la plataforma Mechanical Turk. “Son cosas fácilmente adquiribles, que pueden ponerse en funcionamiento en un par de horas. Entendemos que su uso puede ser aplicado ilegalmente, y eso es algo que no admitimos”, explicó McDonald en una entrevista, subrayando además la intención de su proyecto: despertar serios interrogantes acerca de la naturaleza de los espacios públicos y privados en una era en la que todo puede retransmitido por artefactos con conexión a Internet. Lo que seguro ha despertado es nuevos temores, como la desconfianza —de aquí en más— a las temibles bombillas. Y sí: hecha la luz, hecha la trampa.